Casate Conmigo

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Sorbía suavemente el café recién hecho que Jarvis amablemente le sirviera al momento en que tomo asiento junto a la mesa del comedor.


Intercambio una mirada preocupada con su gran amigo y mayordomo al ver a su padre junto a la ventana con la mirada perdida en el enorme jardín.


Jarvis encogió suavemente los hombros dándole a entender que ni si quiera él sabia que era lo que tenía tan desanimado a su padre. Una vez realizada su tarea para su familia, giro en sus talones marchándose del lugar, el silencio se rompía por los suaves sorbos que el castaño daba a su café.


La mirada miel no se apartaba del porte triste de su padre, se preguntaba internamente que era lo que había sucedido para que tuviera en esa situación a su progenitor.


Desde que su amada madre falleció, su padre estaba constantemente sumergido en un limbo. Parecía ser todo un muerto en vida, esa mirada chocolate sin vida, sin brillo. No existía suficientes motivos para lograr que sonriera. Todo lo que hacía era de modo automatico.


Lo único que lo motivo para seguir adelante sin sumergirse en su desgracia fue recordar a su pequeño cachorro, aquel que se quedaría solo en caso de que tomara el valor para quitarse la vida, pero los ojos alegres y vivarachos de su pequeño evitaron que lograra su cometido.


Ultimamente se percato de que su padre sonreía, disfrutaba más de la vida. No recordaba cuando fue la ultima vez que vio a Howard tan ilusionado por algo.


No conocía la persona que lograba hacer feliz a su papá, esperaba que pronto pudiera conocer a esa persona y es que su amado papi no era muy cuidadoso, pues al llegar a la enorme mansión con una sonrisa de oreja a oreja no era algo que se pudiera pasar desapercívido, menos aun ese ligero aroma no perteneciente que lo rodeaba todos los días.


Chasqueo la lengua fastidiado de que la instancia estuviera llenándose con el aroma del alfa de su padre mezclado con uno de tristeza, expresaba claramente su amargura por estar lejos de aquella persona especial. Se moría por conocer a la persona afortunada.


Estaba feliz por Howard en serio que si, solo rogaba al cielo que esa misteriosa persona en verdad le amara, odiaria tener que verle sumergido en la desesperanza solo por una o un aventurero que logro capturar el esquivo corazón del billonario solo para tenerle como un lujoso adorno de cual presumir.


Arrancaría el corazón de aquel que se atreviera hacerle daño a su ideal a seguir. No perdonaría a nadie que lastimara a su amado padre, entendía que su naturaleza es ser omega por lo que es realmente ridículo tener ese clase de pensamientos, pero Tony rompía en toda regla el ser un omega sumiso, si se lo proponía arrancaría la cabeza a quien fuera receptor de su odio, no se conformaría con menos.

Soy Un IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora