JongIn ha buscado a KyungSoo por cinco años... Los mismos que se le han hecho largos y cansados, pero no importa que, hará todo por encontrarlo a él y sus hijo.
Miro el teléfono una vez más y noto las decenas de llamadas que tenía, pero aún así no tenía ni la más mínima intención de contestar aún sabía que debía hacerlo. SeHun se paso las manos por el cabello, estaba frustrado y tenía una sensación de malestar en el estomago, como si lo que estuviera por venir no era bueno. Las mentiras que había venido arrastrando lo hacían sentir temeroso y el hecho de que JongIn estuviera fastidiando, lo hacía estar nervioso y, cada vez que este trataba de sacar algo del tema rápidamente tendría que cambiarle por temor a que soltara la lengua de más.
No era feliz, ya no como antes, tenía tanto miedo. Sabía que ni por tener a su suegro y a la abuela de su lado las cosas iban a salir bien. Sus Padres no estaban de acuerdo con la situación de KyungSoo pese a que estaban al tanto de todo, y el peor temor de todo es que este supiese la verdad. Yixing le había dicho que tarde o temprano lo iba a recordar, no había un lapso determinado para que lo hiciera; podían pasar meses, años, décadas, pero tarde o temprano iba a recordarlo.
Entonces ahí es donde iba a decir él, ¿donde están mis hijos? ¿Dónde está JongIn?. No tenía idea de cómo sería aquel día, pero se lo imaginaba como en las películas y dramas, ¿olvidaría todos estos años juntos? Ni SeHun mismo podía responder a eso, pero ahora tenían a Minwha y era de ambos, incluso HaYoung y HanSol eran sus hijos sin importar que.
Se empezó a sentir más tranquilo cuando se dio cuenta que había sido decision de todos que así fuera y él lo enfrentaría. El teléfono volvió a sonar y está vez estaba decidido en responder, su mayor temor había sido JongIn y ahora que él sabía la existencia de KyungSoo no tenía a mas que temer con referente a ese asunto. Hablaría con sus Padres y si ellos no estaban de acuerdo con KyungSoo y regresar a Corea bien podían irse al carajo, no le importaba quedarse sin empresa, tenía ahorros con los que podía sobrevivir y hacer algo por su cuenta. KyungSoo y sus hijos lo valían, ni todo el dinero del mundo podrían darle lo que ellos le daban y ahora no quería perderse más de Minhwa; se había tenido que ir cuando solo tenia un mes de edad y ahora estaba casi en su quinto mes, no lo haría más solo por el capricho de sus padres. Él sabía de sus intenciones de querer casarlo con Irene, pero pese al rechazo seguían insistiendo.
SeHun se puso de pie tomando su teléfono en mano, por muchos años hizo todo lo que sus Padres quisieron porque era lo mejor para la familia.
—Por favor una llamada a Corea del Sur —pidió a la operadora del otro lado.
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—Mi hermoso tesoro —KyungSoo jugaba con su pequeño de cuatro meses quien le sonreía— cada día te pareces mas a tu Papá.
El bebé de cuatro meses le regalaba risas sin saber de qué le hablaba. Era su pequeño tesoro.
