Runaway {Stowen}

✨27✨

Alex había ayudado a Jorge a buscar un piso para alquilarlo durante un largo año.Nunca se vio ayudando a separar de su lado a alguien importante,pero era lo único que podían hacer si querían estar juntos el resto de su vida.
Encontraron uno bastante barato,lo único era la distancia entre cada uno.No estaba muy lejos pero tampoco muy cerca.Estaba a media hora en cualquier medio de transporte,una hora caminando.
Se disponían a ir con el coche de Jorge a aquel lugar para poder revisarlo mejor e instalarse.Ya habían hablado con el dueño.
En el trayecto,Alex miraba cada dos por tres al mayor.Este tenía sus ojos puestos en la carretera,concentrado.
Alejandro se preguntaba que haría ese tiempo,la mayor parte de él,solo.La soledad le gustaba,pero estar solo era otra cosa totalmente distinta por mucho parecido que tengan.

Jorge ya había firmado y hecho todo lo necesario para que aquel piso fuera suyo.Era bonito,cómodo y ya venía con lo necesario así que no tendría que comprar nada.
-Este es nuestro último día para estar juntos.-Jorge hacía una mueca triste intentando no llorar más.
-Serás fuerte,lo sé.-Sonreía dándole apoyo.
-¿Vendrás a visitarme cuando puedas?-Le miraba.
Alex se dedicó a asentir y acariciar el dorso de su mano con su pulgar.
Se miraban puesto que las palabras ahora no servirían de nada.Ahora no servía un te quiero,no servía un sí.Si querían que el otro lo sintiese de verdad,tenían que demostrarlo.
Se besaron,abrazaron y mimaron.Eran el más bonito arte y el más reservado.El más pasional y el menos visible.
Y hasta las ocho de la noche se quedaron de esas maneras.La hora en la que tenía que llevar a Alex a casa.

El camino fue silencioso,ninguno quería despedirse ni decir nada.Era mejor así,de lo contrario dolería más.
Con unos cuantos besos y lágrimas,Alex bajó del coche.Y observó a este irse lentamente.Lento pero a la vez una tortura y sus lágrimas no cesaban.
Sentían una punzada en sus corazones,un fuego quemando los interiores de sus cuerpos.Una situación de agonía.Porque aunque no lo quisiesen era una despedida,no una para siempre,pero una bastante aterradora.
No podían pararse y esperar por el otro,tenían que seguir solos hasta que los caminos se juntasen.
Alex ni miró si alguien se encontraba en casa y siguió soltando quejidos y sollozos debido al llanto hasta su habitación.
Mickey,quien se encontraba allí, escuchó los sonidos que venían de la sala de estar y se acercó rápidamente a ver.La imagen de su amigo llorando desconsoladamente no le gustó nada.
-Alex,¿qué ha pasado? ¿por qué estás así?-Se acercaba a él.
-Nada Mickey,nada.-Caminaba queriendo entrar en su habitación.
-Venga Alejandro no me jodas.-Le seguía.-Quiero ayudarte.
-No me puedes ayudar,no puedes.-Le cerraba la puerta.-Ni tú ni nadie.
Él lo tenía asumido,él sabía que la vida seguía y con ella todo.