Capítulo Dos.

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En multimedia, está la "nueva" lauren.






El hermoso canto de aves, los hermosos rayitos de sol que se colaban para robarme el sueño.

¿a quien coño engaño?.

La mocosa. ¡Me estaba picando el ojo!...

Sólo ignorala, adriel.

Deje de sentir su peso, luego unas pisadas. Regreso y bueno, la verdad no esperaba que me arrojara agua helada mientras trataba de ignorarla.

— ¡JAJA!, ESTÚPIDO. E.E..ESO TE JAJAJ PASA POR ¡JAJAJ! NO DESPER...¡JAJAJ! DESPERTAR.

Habla burlandose...habla...¡HABLA! ¿qué?...espera, alto, stop, pausa. ¡SE SUPONÍA QUE NO PODÍA!, MALDICIÓN MI MATE HABLA. ¡HABLA!.

—p..puede ¿hablar?...

—que no la escuchas hablar pedazo de estúpido. 

—para tu carro, Lion's. Según lo que vi, y ella misma me mostró. No habla.

—seas estúpido.  Sí, puede hablar. Sólo no quiere por el trauma. ¿sabes que significa

—¿qué puede hablar?

—En teoría, sí. Pero no. Ósea, idiota. Qué entro lo suficientemente en confianza para hacerlo. Ahora vuelve al tiempo y espacio real, su rostro grita "ayuda, tengo un estúpido por mate".

Lobo de mierda.

sí, lo hago... nunca dije que no pudiera.

—que te parece, pulga, si vamos a desayunar. Esperame abajo.

—esta bi..en.

Cuándo estoy en la ducha, pensé mucho en ella, sus hermosos ojos zafiros, su perfecto y suave rostro pálido. Sus mejillas teñidas de carmesí cada vez que dirijia la palabra.

Adriel Junior se encendió. Y simplemente para apagarlo coloqué mí mano en mí...

¡Pervertid@s de shit!

¡No soy así de pervertido!, sólo me duche con agua fría.

Salí con una toalla por mí cintura.

Tranquilamente, me prepare con un pantalón de mezclilla negro, camiseta blanca con el logo de Harry Potter, una zapatillas deportivas negras. Tome las llaves de el jeep y baje.

Arqueé una ceja ante la escena de MI pulgosa, y los pulgosos de mis primos jugando y riendo.

»Celos«

«callate, maldita conciencia.»

Aclare mi garganta. Milagrosamente se detuvieron, la pulgososa aún tenía mi camiseta de ayer. Hay que comprarle ropa.

La pulgosa me mira, haciéndo una mueca muy mona. Extiende sus brazos a mí. —pulgoso, tengo hambre. Cargame y alimentame.

—Adriel, ¿cómo lograste que lauren hablara?... con nosotros nunca lo hizo... o al menos no después de ...—murmura lo último, haciendo poco entendible.

La sarnosilla suelta un bufido mienstras rueda los ojos. —¡Repito! Nunca dije que no hablara. Sólo no quería hacerlo. —Vuelve a extenderse a mí. — ahora, cargame y alimentame.

Ruedo los ojos. La cargo como un costal de papas a un taburete de la isla de la cocina. —¿Con qué te alimento, pulgosa?

Sonríe mientras muerde una manzana. — Sorprendeme.

Mi Pequeña Mate [En Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora