Parte 12

2.7K 173 88
                                    

La luz de la luna empezaba a asomarse por la venta dándome a conocer la silueta de aquella persona, esa persona que tenia tantos años sin verlo, sus cabellos morados y rosados comenzaron a tomar sus colores por la luz, su ropas negras y esos ojos violetas que me observaban con cierta curiosidad, felicidad y muchos otros sentimientos, mis manos comenzaban a temblar al ver aquel chico con el que pase la mayoría de mi infancia, con el que había compartido travesuras y bromas a los de la colonia, Yaroto.

-¿no recuerdas quien soy yo (T/N)?- me pregunto dándome a conocer aquel perfecto rostro que me hacia suspirar de pequeña.

-disculpa, es que no te reconocí a primera vista, si no me das a conocer tu rostro es muy difícil recordarte- dije mientras volteaba a otro lado, se puede decir que él fue mi amor platónico por toda la niñez pero al ver como era con todos lo niños lo tome como un amigo, pues era demasiado brusco a tal punto que le quebró un brazo a uno de los hijo de mi vecina, por ser buena niña le dije que el pobre chico se había caído solo, sabia que era mentira pero por mi actuación de estrella de Hollywood la señora me creyó.

-¿se lo dices a tu mejor amigo de toda la infancia?- me vio con cierta burla y enojo, siempre se a enojado por todo, es un tonto.

-has crecido, es normal que no te reconozca, te fuiste de aquí a cuando yo cumplí 8 años- dije mientras fruncía un poco mi ceño y volteaba a verlo.

-se que he cambiado, pero no es para tanto, sigo teniendo mis cabellos rosados- dijo mientras los tocaba- mi ojos violetas- los señalo-  mi carnosos y rojizos labios- mando un beso al aire como si estuviera en medio de un concierto agradeciendo a su audiencia por estar ahí, a este hombre no se le quita la costumbre de ser vanidoso, mas bien narcisista.

-en poca palabras...

-soy tan perfecto que te deslumbro con mi belleza- dijo mientras se colocaba en la ventana de mi ático, los rayos de luz golpearon su rostro haciéndolo ver como un ser místico, alguien no real en este mundo, ¿será que es un alienígena?.

-¿te maquillas?- pregunte entre risas, pues si lo hacia me tendria que enseñar porque realmente lo hace de lo mejor, yo siempre termino como bruja al final de este.

-claro que no, mi belleza es natural- dijo mientras me volteaba a ver con el ceño medio fruncido, tanto le molesta que le haga una simple pregunta.

-solo preguntaba, no era para que te molestaras.

-esta bien, lo siento, no he tenido un buen día es por eso que me enojo con mayor facilidad- peinaba sus cabellos hacia atras- y viene aqui por algo...

-¿que cosa?- preguntaba mientras que acomodaba mis cabellos en una coleta algo alta, por fin se habian secado- no me digas que me vas a quitar la dona de cabello que me regalaste hace tiempo, si es así me disculpas pero realmente no se en donde quedo- hacia como que lloraba en ese preciso momento para que fuera mas creíble mi historia.

-no es eso idiota -reía un poco por mi ''gran'' actuación, nadie puede negarse que soy una gran actriz en esto- si no tu virginidad- dijo entrecerrando los ojos, abrí mis ojos a mas no poder y este sonrió por haber hecho tal acto- es broma tontita, tal vez ya no lo eres- río- pero a como eres lo sigues siendo, no aceptarías a ningún hombre con tu misma personalidad.

-si, tienes razón- reía nerviosamente, pues tenia poco tiempo de haber acabado de hacer eso con Jotaro,  en realidad él era como un yo versión masculina pero a pesar de eso lo hice con él, ¡mi primera vez fue con Jotaro!.

-y ¿esa mancha roja de que es (T/N)?- pregunto mientras miraba esta misma, ¿que le dire?, ¿que ando en mis días y no me dio tiempo de limpiarla?- me digas que estas en tus días rojos, eso donde manchas cada cosa que tocas y de...

-¡caya de una vez cabron!- salte hacia la cama tomando la sabana ya antes manchada por mi misma- da pena decirlo así sin mas.

-pero es lo mas normal- decía entre risas y sentándose a lado de mi cama.

-lo se, pero a mi me sigue dando pena a pesar de ya tener 4 años que esta cosa que me define como mujer- me asomaba un poco por encima de mis brazos que taban mi rostro rojo por la vergüenza.

Él simplemente reia por la forma en que estaba, creo que en ese momento era un tomate andante, aparte de que mi cara (gracias al corte que tenia) daba un semblante que a la tenia redonda sumandole lo roja que estaba si parecia un completo tomate andante.

-policia un tomate se a escapado de la tienda, detengalo antes de que se vaya mas lejos- desia entre risas mi viejo amigo, a pesar de lo mal humorado y gruñon que es no se le quita lo gracioso y mas cuando se trata de mí.

Un estruendo se escucho en la parte baja de mi casa a lo que me hizo sobresaltar y voltear rapido a mi puerta. ¿Que hago en este momento?, si desaparezco asi como si nada Yaroto me exigirá una explicación.

-¿que fue eso pequeña?- pregunto algo asustado pero despues escupio sangre a lo que algo asustada no dude en ir a donde se habia escuchado ese y aparecer de sorpresa con mi stand.

Una horrible sensacion paso desde mi cabeza hasta mis pies, era algo helado el lugar, todo oscuro pues los focos de aquel sitio estaban rotos y los podía ver gracias a los rayos que entraban por aquella ventana que estaba del lado del sofá donde antes se encontraba aquel hombre de 1.95 que presisamente tambien es de quien me enamore y me viene dando cuenta hoy mismo.

-eres un estupido al haberte metido conmigo...- escuche en la alejanida que alguien decia eso, un sonido ya muy conocido para mi, el de vidrios cayendo al suelo y a lo lejos unas gostas de algo callendo sobre estas...

***********************************************

en esta parte e tardado mas ya que mi internet se fue y tuve examenes con decirle que solo el de español nos tardamos 2 horas seguidas en contestarlo ya que eran 4 hojas :'v

espero que les guste esta parte y se las compensare con una zukulenta foto del delfin 7w7r

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.


.

.


.


.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Stands? (Jotaro y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora