HER.❣️ |M.J|

3.8-Mike.

-Kath no tarda en llegar.- comentó María mirando el reloj colocado en la pared.

-Probablemente venga Ari también.- comentó ahora Alan.

-He escuchado mucho de Ari.- dije en dirección a Alan mientras Janet, mi madre y María hablaban animadamente.

-Es lo más seguro, ellas con como uña y mugre, siempre están juntas.-

Pasamos un rato conversando, la familia de Kath era encantadora.

De un momento a otro María ya no estaba, pero seguí conversando con Alan. La plática era agradable y entre bromas reíamos. Mi voz no volvió a salir de mis labios, y me quedé muy quieto al sentir dos de los más familiares brazos alrededor de mi cuello, abrazándome. Pude ver como en la cara de mamá se pintaba una gran sonrisa y Janet me miraba satisfecha.

-¿Me extrañaste?- pregunté mientras tomaba sus brazos con mis manos.

-Yo igual.- susurré de vuelta.

-¿Alguien quiere una limonada? ¿O una cerveza?- todos giramos nuestras miradas en dirección a la mamá de Kath.

-Acabas de arruinar el momento.- se quejó Alan con el ceño fruncido. Kath y todos en la sala reímos.

-Oops, lo siento...¿Entonces que se les ofrece?-

Mientras Alan y Janet pidieron una cerveza, los demás pedimos limonada.

Kath rodeó el sillón y se sentó a mi lado y tomó mi mano recostando su cabeza en mi hombro respirando lentamente con los ojos cerrados mientras yo sólo la observaba.

-¿Tú que querrás, Ari?- preguntó María.

Fue ahí cuando me percaté de la presencia de alguien más en la habitación, ella se acercó a donde estábamos para sentarse en el sillón de al lado, yo me puse de pie y estire mi mano libre en su dirección.

-Un placer, he escuchado mucho sobre ti.- ella tomó mi mano y me miró a los ojos sonriendo.

-Vaya si yo no he escuchado sobre ti. ¡A ésta loca jamás le para el pico si se trata de ti!-

-Ari... cállate.- dijo Kath con su rostro totalmente rojo. La mamá de Kath entró con las bebidas.

-¡JA! Y eso que no vives con ella.- dijo.

Sentí como Kath soltaba mi mano y cuando miré, ella corría escaleras arriba.

-LAS ODIOOOOOOO.- gritó en su camino al segundo piso.

Y todos comenzaron a reír.