4.

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-Hasta pronto, Jonghyun-dije.

Cuando lo vi introducirse a su departamento, me giré a mirar a Minho, quien seguía parado allí, de brazos cruzados y mirándome.

-¿Decidiste hacerle caso a Taemin?-bromeó.

-¿Qué?-inquirí, confundido.

Se separó de la puerta cuando yo me dirigí para abrirla.

-Sí, eso de buscarte pareja-musitó, pero la broma ya no le salió como tal.
Exploté en estruendosas carcajadas.

-Sólo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor-expliqué-. Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Taemin.
Él río.

-¿Con que son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré-bromeó, divertido.

-No hace falta, él lo sabe-abrí la puerta y Minho se introdujo detrás de mí-. ¿Si sabes que Taemin llega hasta las ocho verdad?-dije, sarcástico.

-Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras que lo espero.

-Bueno, es agradable tenerte aquí mientras que llega-pensé… esperen, esperen, no lo pensé, ¿lo dije?

-Gracias, qué lindo-musitó y en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro-. Mañana saldremos todos, así podrás conocer a mi hermano, Onew, ¿lo recuerdas?-dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.

-Emm… sí, estoy emocionado-farfullé.

-Onew también.

Así, planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnífico.  El tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces; era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad; pero sólo hasta que llegaba Taemin, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse “amor” ésta empezaba a incomodarse y me hacía salir de la escena cursi que no queríamos ver ni ella ni yo. Porque empezaba a resultarme drásticamente incómoda.

-¡Bestia, arriba!-Taemin tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso era lindo que se fuera a trabajar.

Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Taemin me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a tañarlos para desemperezarme, luego abrí paso a un bostezo grande.
Me paré con pereza y abrí la puerta, Taemin estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador. Me miró.

-Ponte algo lindo, algo verde, a Onew le gusta el verde-dijo.

-Estás loco-musité y me di la me di vuelta para vestirme.

-Si quieres gustarle a Onew, escucha mis consejos-gritó desde la cocina.

-No quiero gustarle a Onew, ¡ni siquiera lo conozco!-me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación; increíblemente asombrado del esfuerzo de Taemin por emparejarme.

-Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.

-Eres perverso-lo fulminé con la mirada.

-Pero así me quieres-me sacó la lengua y me vi obligado a reír.

-Tonto-dije.

Me vestí con una remera azul turquesa y con unos jeans entubados, sólo por llevarle la contraria a Taemin. A los pocos minutos, oí el timbre sonar, y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Minho.

~Manual De Lo Prohibido~ (Minkey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora