Día 1: Una nueva amiga

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10 de Marzo, 1998 (6 años).


El colegio era aterrador, al menos eso es lo que decía Cristian. Cuando mamá no está en casa suele contarme como los demás niños lo golpean, incluso una vez uno le gritó que debería morirse. Quizás es porque el es tres años mas grande que yo, los de tercer grado parecen ser malos.

Por otro lado mamá siempre dice que el primer grado es de lo mejor, haces nuevos amigos y conoces cosas nuevas ¡Nos van a enseñar mucho! Amo aprender, aunque me emociona más la idea de hacer amigos, jugar con mamá y papá ya no es tan divertido como antes, en especial ahora que se que me dejan ganar en todo.

Entramos a nuestro salón de clases: las paredes son celestes y están llenas de nubes sonrientes, a mi derecha hay un pizarrón negro gigante, pobre maestra va a cansar de escribir tanto ahí, y a mi derecha hay muchas mesas para seis personas (o siete, todavía no se contar muy bien). La maestra nos pide que nos sentemos, me gusta este lugar, voy hacia una de las mesas cercanas a la pizarra, Cristian dice que es mucho más fácil copiar si me siento cerca. Dejó mi mochila azul al lado de una pequeña silla y me siento junto a una niña pelirroja ¡tiene unas manchitas en la cara muy lindas! se parece a una de las pinturas que hace mamá, pero me da vergüenza decírselo.

-Hola chicos, mi nombre es Ana y seré su maestra este año, bienvenidos-Todos la saludamos en voz alta creando mucho ruido-Muy bien, cuando diga su nombre levanten la mano y cuenten algo sobre ustedes- Eso me puso muy nerviosa, nunca se muy bien que contar.

La señorita Ana empezó a decir nuestros nombres, aunque ya me olvidé de la mayoría. Solo me acuerdo de un nene que dijo que comía tierra, papá dice que comer tierra es malo para mi salud ¡No fue mi culpa pensar que podía tener gusto a chocolate! Son iguales cualquiera podía confundirse.

-Andía, Diana-La niña pelirroja se paró y sonrió para todos.

-Mi nombre es Diana, tengo seis años y ¡me gusta mucho patinar! Cuando sea grande quiero ser como Tara Lipinski ¿Sabían que ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos este año? ¡Y solo tiene quince!- ¿Tara Lipinski? Nunca había escuchado ese nombre, quizás mi mamá sepa quien es.

Pasaron un par de chicos más y fue mi turno: Zamo, Alicia. Me gustaba ser la última, me daba tiempo para pensar que iba a decir.

-¡Hola! Mi nombre es Alicia, tengo seis años-levanté seis de mis dedos, quizás había alguien como yo que se confundía el seis con el siete- y tengo un hermano que viene a esta escuela, pero es mas grande. Me gusta jugar a las escondidas y aprender, tengo un conejo llamado Lucas, es mi gran compañero de aventuras, intente traerlo pero mi mamá dice que los conejos no van al colegio ¿no es injusto?-un par de chicas dijeron que si- pero no importa, prometí que iba a enseñarle todo lo que aprenda de mi maestra cuando llegue a casa. También tengo...-.

-Alicia, creo que es suficiente, me alegra saber que vas a enseñarle todo a Lucas- Me senté rápidamente. A mi lado, Diana me dedicó una sonrisa.

-Siempre quise tener un conejo-me contó bajito para que la maestra no escuche- ¿Algún día podrías presentármelo?-.

-¡Claro! Y quizás puedas contarme más sobre esa tal Tara Lipi...Lipialgo-.

-Lipinski-Dijo con una sonrisa- y puedo contarte sobre ella cuando quieras-.

Diana parecía ser muy agradable, quizás de grandes podríamos ser como mamá y mi tía Erica, que en realidad no es mi tía pero ellas dicen que son tan buenas amigas que se hicieron hermanas.

-Emm...¿Diana?¿Somos amigas?-Se quedó un rato pensando ¿y si no quería ser mi amiga? Cristian dice que hablo mucho y que nadie soportaría escucharme por más de cinco minutos, pero para mi es que él es muy callado, ni siquiera tiene amigos para jugar.

-Si Alicia, desde hoy somos amigas, las mejores amigas-.

El día terminó, papá vino a buscarme como siempre. ¡El día fue asombroso! hice una nueva amiga, jugamos a las escondidas con un par de compañeros y dibujamos. Conocimos a dos compañeros más: Matias y Elias, son muy divertidos. Matias tiene unos ojos muy lindos, como el cielo cuando va a llover. Elias puede correr muy rápido, él dice que va a ser el mejor jugador de fútbol del mundo, espero que así sea.

No entiendo muy bien porque Cristian dice que los chicos son malos, seguramente solo quería asustarme, no creo que alguien pueda pasarla mal en un lugar tan increíble...


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Siempre me sorprendió la rapidez con la cual los chicos pueden llegar a hacer amigos, incluso lo inocentes que son.

¡Saludos, y espero leerlos pronto! ♥

Cien díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora