Libertad

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—¿Entonces si iras?

—Claro.

Perfecto, estoy muy emocionado de verte ahí, cuando por fin me case, quiero verte a ti y a YoonGi.

La linea se quedo en silencio unos segundos, Jin apretó un poco el teléfono de la sala entre sus manos.

—......No han arreglado nada....¿cierto?

—No he arreglado nada.

Jinnie....tu no eres el culpable de esto, se que te sientes con algo de responsabilidad por que eres su novio, pero....simplemente no soporto escuchar tu linda voz tan triste, por favor, ya termina con todo esto.

—Ese es el gran problema...—SeokJin sintió el gran nudo en su garganta, la opresión en el pecho y sus ojos arder.—No puedo...aun tengo esperanza....soy tan patético, pienso que volverá a ser como antes, pero eso jamas sucederá, pero no puedo acabar esto, quiero seguir a su lado Tae....n-no puedo..—Jin se soltó a llorar mientras su amigo al otro lado del teléfono intentaba consolarlo.

Mientras que YoonGi escuchaba los sollozos del castaño atreves de la puerta, pero era demasiado cobarde para interferir, para ver las lagrimas de su castaño.

Seis dias, Jin y YoonGi seguían igual, el menor de ambos llegaba tarde, no llegaba, y a veces Jin lo veía con alguien mas.

Mientras el mayor, solo se quedaba en su casa, salía con sus amigos, pero no hacia nada con nadie, no le interesaba nadie, sentía que era una traición hacía YoonGi, ademas de que no importaba nada, aun seguía queriendo mucho al menor.

Jin cocinaba tranquilo en la cocina, sus ojeras se habían hecho mas grandes, se veía decaído y su mirada se veía diferente, increíble como su relación lo había desgastado tanto.

—Buenos días.

—Buenos días.

YoonGi entro a la cocina, se sentó en una de las sillas y se concentro en su celular.

Como si todo estuviera bien.

—¿Saldrás hoy cari-...Saldrás hoy YoonGi?

—No, estoy muy cansado.

YoonGi pensó que tal vez el mayor no saldría tampoco, así que ambos podrían quedarse juntos.

—Solo quería avisarte que...hoy saldré con JaeHwan, un rato.

YoonGi despego su mirada del celular y miro a Jin, no, eso si que no, podía soportar a Sandeul, pero Ken, el era un caso diferente.

—¿Ken?

El mayor asintió.

El menor removió sus dedos inquieto encima de la mesa.

—No me agrada Ken.

—Y a mi no me agrado la chica de ayer.

—Es diferente.

—Claro que es diferente, Ken no es una prostituta que encontre ni un gigolo que contrate.

—Cálmate.—Demando el menor.

—Es que no entiendo YoonGi, yo solo ire con Ken, no haré nada, pero siempre me dices que puedo hacer lo que me plazca, maldición, que es lo que sientes por mi..

Necesitamos un tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora