Tengo la capacidad de devolver el tiempo.
Sí, así como lo oyes.
Tengo a mi disposición el poder de viajar unos días, meses e incluso años atrás, si quisiera.
Puedo borrar los recuerdos que tuve contigo para que hoy en día no me afecten.
Puedo evitar ese primer mensaje, esa primera llamada y de paso evitarnos esta larga travesía que terminó de una forma amarga.
Puedo eliminar de mi mente aquel primer abrazo, aquel primer beso que me robaste, aquel primera mirada en la que solo tenía enfocado un primer planos de tus ojos pequeños.
Puedo deshacerme de esa imagen tuya de aquella vez que hucimos el amor por primera vez. O esa escena en la que me invitabas a bañarnos juntos y, con toda la vergüenza del mundo, accedí, sin saber que iba a ser algo que terminaría amando.
Soy capaz de eliminar esas desveladas viendo películas, escuchando canciones, cantándote. Esas jornadas enteras de risas, o esas otras de peleas.
¿Recuerdas aquella vez que peleamos en el parque y yo te terminé molestando tanto que terminamos olvidándonos de eso? Fue un lindo contraste.
Y al evitar todo este conjunto de recuerdos, podría evitar el dolor que sentí al leer esas palabras que acabaron con esta travesía. Puedo ahorrarme el hecho de sentir dolor y de pensar en vos siempre de una manera agobiante.
Puedo, sí que puedo.
Pero no quiero.
Porque, aunque duela, en mi mente aún estás como lo estuviste desde el principio, sin importar si mañana, en un minuto o en un segundo decidas cambiar tu sexo o nombre.
Para mí siempre vas a ser y nunca vas a dejar de ser.
