Ella, experta en autodestrucción
demolió su propio caos
para nunca volver a construir
y dejó, ahí
su propio corazón
en la nada
zanjado
mientras todos lo miran
al pasar,
ella,
especialista en echar
sus propias ruinas
abandonadas
en la vieja calle
donde ya nadie se asoma
sin pies que la recorran
miradas que la naveguen
tan hundida
cómo su propio barco
como su humilde carencia
para quererse,
ella, llena de defectos
ya no es más
que un puñado de cenizas
y está dispuesta a soplar
sabiendo, que es
nada más
que una torre inclinada
de la que nadie
se tomó la molestia de sujetarla,
y ella, ingenua
pensó
que carecía de brazos
para levantar su propio imperio
y se arrasó, con tanta fuerza
que sigue viva
en su propio dolor
y en sus ruinas
aún queda calor
ella, volverá
con nuevas obras
y hará de sus pedazos
un gigante castillo
donde se alimentará de pasión
y no creerá en más bolas de demolición
ni en más calles abandonadas
nunca permitirá que la pisen
ni que la miren con ambición,
ella,
pintará su propia trinchera
y sacará de allí
a todos los soldados perdidos
para así,
poder disparar
a todo lo que un día fue
evaporandose
para poder volver a construirse,
ella
será la reina de su caos
y hará de él una pequeña revolución,
porque lo sabe
la lleva en el alma
a la revolución
que es inmune
a la opresión.
