LXVIII.

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  Me he percatado que seguir a tu
lado es continuar mi tumba
cavando.
Por muchos te quieros que
me dijiste, ni un dedo si quiera
por mi moviste.
Me heriste, y me abandonaste;
volviste perdón suplicando y al
día siguiente partiste.
Preferiste a otros que a quién
de verdad por ti se preocupaba,
por quien miedo tenia de que
algo te ocurriese.
Nunca paraste a pensar si de
verdad estaba bien, si mis risas
eran creíbles o tan solo si había
dejado de llorar.
Caí en tus narices, primero dudé
el por qué de no ayudar a
levantarme, luego entendí que
fuiste tú quien me tiró.
Me tiraste.
Me usaste.
Me heriste.
Me ignoraste.
Me preocupaste.

¿Me quisiste?

Poemario poetrialWhere stories live. Discover now