Capítulo 6

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Apenas abrí los ojos en mi mente no habia nada más que el pensamiento de Jackson detrás de la cafetería esperándome.
No se porque sentía tanta ansiedad, quizás no sea el y yo ya imaginando cualquier estupidez.

Omitire la parte estúpida del autobús, siempre es igual.
Apenas pise el pasillo de instituto un escalofrío me recorrió el cuerpo entero, no sabía la razón, pero sucedió. Estaba parada justo en medio del mismo, siendo un estorbo para cualquier persona allí, bloqueando el paso a los estudiantes, y rodeada de miradas desafiantes, intolerantes, estúpidas y desorientadas.

-Oye, quítate ¡estorbas!-escuché a mis espaldas, gire involuntariamente como si mi cerebro me dijera que hacer, una persona que me resultaba muy familiar me miro de una manera intimidante y seria, no podía ver sus ojos, éste llevaba lentes de sol. Sólo alguien muy estúpido llevaría lentes de sol puestos aún ya dentro de un lugar en dónde el sol no le alcanza la vista, y ese era Taylor.

-Podrías pedirme eso de otra manera ¿No te parece?-dije cruzada de brazos.

Éste suelta una risita y se quita los lentes.

-Ay ay ay, Emma ¿cierto?-me ofreció su mano derecha para estrecharla, pero no lo haría ni aunque me ofrezcan un millón de dólares, jamás tocaría a éste humanoide.
Lo mire fría, sin ninguna expresión. Éste se elevó una de sus cejas y luego llevó una de sus manos a su nuca.-esta bien, debo irme-Taylor se corrió a un lado de mi y luego volvió-por cierto ¿has visto a Lindsay?

-No, no la he visto-respondí

-Oh esta bien, si la ves podrías decirle que...-lo interrumpi.
-¿A caso tengo cara de mensajera? Dícelo tú.-
Gire en dirección contraria a él y me dispuse a ir a clases.
Al entrar no vi a Lindsay, me senté en mi pupitre como los demás y comenzó la clase de literatura.
Luego la de geografía, consiguiente matemática.
El timbre al sonar despierta cierta satisfacción en mi y en todos por lo que tengo entendido. Algunos salen casi corriendo, otros distraídos, otros hambrientos, y otros como yo esperando que suceda algo fuera de lo normal.
Fui directo a la cafetería.
No vi a Stewart hoy, ni tampoco a Lindsay, supuse que faltaron.

Me senté en una de las mesas de la cafetería, tome un batido con algunas galletas. Detrás de mi se escuchaban risas conocidas, tenía unas ganas extrañas de girar hacia atrás, ver quienes eran... de repente racordé lo que en mi mente rondaba toda la noche. Imaginé a Jackson riéndose detrás de mi, con sus amigos. Algo no me dejaba observar, tenía algo de inseguridad ¿Y si iba cómo una tonta detrás de la cafetería y no habría nadie? ¿Y si es todo una trampa para humillarme? ¿Y si no es Jackson? Muchas preguntas surgieron, me puse aún más nerviosa.
Apenas terminé mi batido me levanté y gire rápidamente hacia donde siempre se sientan Jackson y su grupo.
Lo busqué con los ojos y allí estaba, mirando a un punto indefinido, tomando de a sorbos su café. Los demás reían de algo que por lo visto es muy gracioso, lo digo porque sus risas son muy exageradas.
Entonces me di cuenta que Jackson no era, él se levanto dejando a los demás solos alli, y se dirigio hacia mi, apreté los ojos y me gire rogando que no se acercara a mi. Pero abrí los ojos y el siguio su paso sin percatarse de mi existencia en ese lugar, todo seguia igual, ni siquiera me vio, ni buscó.

Solté un suspiro frustrado, y me di la vuelta dirigiendome a mi aula.
Cómo pude ser tan estúpida, llegar a pensar que él quería verme, una completa patética.
Al entrar no había nadie, estaba sola en aquel pupitre, mirando los ejercicios de matemática que estaban en la pizarra.

De repente mi móvil hace un pitido. Lo agarro y veo que decía *nuevo mensaje*, frunci mi ceño y lo abrí.

<<Desconocido>>

10:34 AM

Hola Emma, ¿no vendrás? Estoy esperándote... ven.

Mi corazón comenzó a latir con desesperación, es real. Alguien esta esperándome allí afuera.
Me levanté rápidamente y corrí hacia la cafetería, luego abrí la puerta dándole un gran empujón que decía "SALIDA" y ya me encontraba allí afuera. Gire mi cabeza de lado a lado buscando a alguien, pero no había nadie. Sigilosamente caminé entre tantas cajas quizas se oculte... quería hacer el menor ruido posible, pero no vi bien por donde iba y tropecé por culpa de unas estúpidas cajas grandes. Todo mi peso calló al piso, todo mi cuerpo sintió algo de dolor en ese momento. Pero al querer levantarme escucho pasos lentos detrás de mi, abrí los ojos como nunca, alguien se aproximaba a mi y con cautela, hasta que escucho correr a alguien pero de su mismo lado, giro y no hay nadie, solo unas cajas apiladas. Sabía que alguien allí se escondía. A paso lento me acerqué, ya casi cerca de las cajas extiendo mis brazos, con el fin de tirar las cajas y ver quien me había citado aquí. En ese momento me sentía como un ratón acercándose a un pedazo de queso rodeado de una trampa
mortal, y aún así se arriesga por conseguir lo que quiere sabiendo que puede costarle la vida.
Me armé de valor y derribe las cajas.
Abrí los ojos y no había nadie, ¿acaso esto es una broma?
Desorientada mirando el lugar alguien me toca el hombro.

&quot;Eres una niña&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora