Capítulo 3

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- Creo que se te cayó algo.- dijo señalando el pote de helado en mi calcetín. Sentía demaciada vergüenza en ese preciso  momento.
- ¿Qué haces aquí? - dije intentando ser firme, aunque me daba asco el helado alli.
El clima estaba horrible, pronto comenzaría a llover y hacia frio. Pude ver que él llevaba un jeans con roturas y unas vans no tan nuevas y algo sucias, una sudadera negra con capucha, tapandole parte de su cabello.
- ¿Qué hago? -dijo- Vine a dejar un par de cosas claras -Se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

Frunci el ceño.

- Esta bien, dime.- No podía creer que viniese a mi casa, quizá sea algo importante, porque pudo haberlo dicho en la escuela.
- Hoy no pude terminar de contestarte, digamos que fui rápido porque debía encontrarme con alguien, que era más importante que estar discutiendo contigo.- puse los ojos en blanco.- Volviendo al tema, me has dicho muchas cosas que quizá son ciertas y de en serio me molestaron -hizo una pausa y siguió- En el regreso a casa estuve pensando en eso, y necesitaba responderte, no es que me importe, simplemente me molestó la manera en la que me has insultado, porque no eres nadie para hacerlo, tu no me conoces.

Lo mire unos segundos y luego baje la mirada. Quizá dije mucho sin conocerlo realmente.

- Pero -hice una pausa- es lo que muestras Jackson, como a mi me dicen "Nerd" a ti te dicen "Mujeriego", es como si lo llevaras escrito en la frente, aunque sepas tú mismo que no es verdad, o quizás si lo seas y tu confiado de que no lo eres o no lo aceptas, o simplemente no te importa cómo te vean o describan los demás.
- Emma -dijo- te conozco poco y realmente me has caido muy mal.- dijo acercándose a mi lentamente.
- ¿Ah si? Pues puedes irte llendo por dónde viniste.- dije seria.
- Todavía no he terminado y si, me caes muy mal.- su rostro serio cambió a una de sus sonrisas perversas, esta era diferente a la otra, algo diferente había.

- Termina ya con esto.- dije
- Te voy a dejar muy claro algo niña -dijo poniéndose derecho delante de mi, su altura me intimidaba.
- ¿Qué? - dije colocando una de mis manos sobre mi cintura.
-¿Me estás desafíando?
- Supongo.
- Dime la verdad, ¿Lo estás haciendo? - se acerco a mi tomandome de la cintura y atrayendome a su cuerpo, mis manos se colocaron en su pecho, una leve sonrisa se dibuja en su rostro perfecto, no pude evitar sonrojarme. Una brisa entró dentro de la casa, haciendo que mis fosas nasales reciban un aroma agradable, pero no era cualquier aroma, era una delicada mezcla de tabaco y menta, provenía de Jackson, era una aroma que me hacía estremecer y perder la razón en cuestión de segundos.

- Solo dime eso que me quieres dejar muy claro.- susurre.

Jackson me mira a los ojos, no entendía que sucedía, solo quería que se valla y a la vez no.

- ¿Para qué? Si total para Emma soy un mujeriego, nadie le quitará esa idea de la cabeza.
- Quizá si le demuestras que no lo eres te creería y se le quitaría esa idea.- dije mirando a un costado, no podía mirarlo a los ojos.
- ¿Tú crees que funcionaría eso? - una de sus manos bajo a mi mentón, haciendo que mi rostro suba lentamente, obligándome a ver aquellos ojos que me ponían tan nerviosa.- Mirame.

Lo miré y fue una explosión dentro de mi. Sentí mi corazón latir demaciado, mi pecho y el suyo estaban pegados, me sentía muy rara en ese momento, me agarró taquicardia, sentía que mis piernas estaban hechas de gelatina, en cualquier momento me iba a desplomar.

- ¿Que sucede? ¿Jamás has estado así con nadie?

Se echa a reír

- Es sólo que me siento incómoda.- dije sacándo su mano de mi cintura.
- Es lo que causo pequeña.- dijo guiñandome un ojo.
- Vete si no me dirás nada.
- Está bien, te lo diré una sola vez y espero que sea suficiente.- arquee una ceja.- Tú no sabes nada de mi, absolutamente nada, asi que no vayas por ahi diciendo estupideces de mi.
- Tú tampoco sabes de mi.- dije contraatacando.- Pero se ve que eres un niño mimado por sus padres.
- Que te quede claro que no, y la única niña aquí eres tú.
- Vete de mi casa, hazme ese favor. -dije teniendo la puerta con una de mis manos, pero cuando intenté cerrarla el me detuvo.

"Eres una niña"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora