Apagué la alarma del móvil y se escucharon otras dos más, la de Emily y James que se apagaron al mismo tiempo.
Me levanté rápidamente y me desperecé. Me llevé una mano a la nuca y toqué la pequeña cicatriz que me hacía recordar todo lo ocurrido aquel día y no era nada bueno.
Aparté la mano de mi nuca y suspiré. Entré al baño y me di una rápida ducha pero sin mojarme el pelo. Salí y me vestí con la ropa que elegí ayer por la noche. Una camiseta blanca de tirantes, un jersey gris de lana gris, unos pitillos negros, unas botas negras y el abrigo negro, hoy haría frío.
Me cepillé lo dientes, me hice coleta y salí al salón.
En el salón estaban James y Emily acompañados de Tom y Ryan.
-Buenos días.-dije sonriendo de oreja a oreja.
-Buenos días.-mascullaron todos.
-Más ánimos chicos.-dije.
Me fulminaron con la mirada. Me encongí de hombros.
Salimos a las siete y cuarenta y cinco de casa, en coche se tardaba diez minutos en llegar allí.
Al llegar Emily se despidió de Ryan con un beso y luego bajó del coche, James hizo el mismo proceso. Yo solo les dije 'adiós' con la mano y me bajé.
En la entrada habían demasiados estudiantes y todos estaban metidos en sus asuntos. Como en todas las universidades, habían algunas chicas con una vestimenta muy corta para el frío que hacía.
James se cogió del brazo de Emily y ella del mío. Así nos adentramos en aquella gran universidad.
Es mi primer año y lo voy a aprovechar al máximo, por algo me han dado la beca porque no se la dan a cualquiera. James y Emily estaban emocionados al igual que yo. Sonará cursi pero era un sueño hecho realidad.
Unas chicas idénticas menos por el corte pelo, claramente eran gemelas, se acercaron a nosotros.
-¿Nuevos?-dijo la de corte de pelo largo.
-Sí.-dijo Emily sonriendo.
-Nosotras también.-dijo la de corte de pelo corto.-Yo soy Lía.
-Yo Mía.-dijo su hermana.
-Yo soy James, ella es Emily y ella Rachel.-dijo señalando a cada una.
Las chicas sonrieron y asintieron. Hablámos durante cinco minutos que teníamos y quedamos en ir luego a comer.
Cada uno se dirigió a la clase que le tocaba. A mi me tocaba historias de la psicología ya que la carrea que había escogido era psicología.
Las clases se pasaron rápido, el primer día fue mas para presentarnos y que el profesor explicase lo que haríamos. Hasta conocí a un chico muy simpático.
A la hora de la comida, James y Emily me esperaban en el jardín de la Universidad junto a las gemelas.
James estaba girado así que me acerqué lentamente a él y le asusté. Él gritó, se giró y me fulminó con la mirada.
-Puta.
Reí.
-¿Qué tal el primer día?-preguntó Emily.
-Bastante bien, hasta conocí a un chico en clase.
-¿Guapo?-dijo James.
Hice una mueca y negué con la cabeza.
-Entonces no vale la pena.
Todos reímos.
Fuimos a una pequeña cafetería que estaba a unas cuantas manzanas de la universidad. Durante el camino James hablaba con las gemelas y mientras Emily y yo le molestábamos.
-¡Parad ya!-dijo James elevando la voz.
-Tan solo son cosquillas.-repliqué riendo.
James arqueó una ceja, se acercó a mi e hizo ademán de hacerme cosquillas pero eché hacia detrás. Choqué contra alguien y sentí como el café caliente caía sobre mi espalda. Macullé algunos insultos al igual que la persona con la que había chocado.
-Ten mas cuidado, chica.-sonaba enfadado.
Me giré para pedirle lo siento pero me quedé sorprendida al ver al chico y no me salían las palabras. Parecía una de esas típicas películas de chico conoce chica y se enamoran pero yo nunca me había enamorado así que sobre ello no sabía mucho.
Me sacaba unos diez centímetros, era bastante alto, tenía el pelo rizado de color castaño oscuro y los ojos color miel. Llevaba unos pitillos negros, una camiseta blanca manchada por el café y uno abrigo negro con pinta de ser mas caro que el mío.
Su cara de enfadado se suavizó al verme. Nos mirámos a los ojos por un buen rato.
-Lo...-carraspeé.-Lo siento.
Frunció el ceño, negó con la cabeza en señal de desaprovación, dió media vuelta y se fue.
Me quedé un buen rato mirándo como se iba hasta que Emily se puso en mi campo de visión.
-¿Qué ha sido eso?-preguntó sorprendida.
Pestañeé varias veces.
-No tengo ni idea.-dije.
-Era bastante guapo.-dijo James.
Negué con la cabeza.
Las gemelas se acercaron, ellas también tenían cara de sorprendidas.
-Estaba muy bueno.-dijo Mía.
-Demasiado.-añadió Lía.
Puse los ojos en blanco.
-Tampoco es para tanto.
-¿Qué no?-dijo James.-¿Has visto a ese hombre?
-Sí y era de lo más norma.-mentí.
La verdad es que estaba muy bien.
-Vámonos, tengo hambre.-dije.
Cruzamos la calle y entramos a la cafetería. Allí también estaban Ryan y Tom, les presentamos a las gemelas. Hablábamos sobre muchas cosas pero yo no prestaba mucho la atención, solo recordaba aquellos ojos.
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This is not the end.
Teen FictionYa han pasado cuatro años desde el incidente en casa de los Crowley, cuatro años intentando olvidar lo ocurrido. Ahora Rachel Crowley tiene diecinueve años y le han concedido una beca en la Universidad de Columbia, localizada en Nueva York. Rachel n...