Actuaba como si me odiase, como si odiara cada partícula de mi y por ello continuaba martirizandome con su presencia en mi vida. Su capacidad de hacerme poner furiosa de un momento a otro era increíble, si pudiéramos describir con una palabra lo único que aporto para su existencia sería "molestia". Y es que aunque su odio hacia mi persona fuera tan fuerte no podía evitar sentirme como me siento respecto a el; estar ante el es una verdadera tortura, mis orejas y mejillas no pueden evitar tornarse rojizas y hervir ante su presencia, y por si no fuera poco que eso me delatase siempre se me escapaba una boba sonrisa de mis labios; y es que me atrae de una manera tan intensa que hasta los alienígenas sentirían que eso que siento es fuera de este universo.
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El Diario de Jay
Non-FictionTiene un ángel en el alma y mil demonios en la cabeza. Y ahora es mas feliz de lo que pensaba una vez sentir.