Su corazón palpitaba fuertemente en su pecho, sus manos temblaban y por si no fuera poco su cabeza era un lío, no podía evitar sentirse de esa manera al estar tan cerca de él.
Sus labios se curvaron lentamente hasta formar una sonrisa.
Le sonrió, él le sonrió y ella lo miró de la forma más agradable que pudo.
Ingirió unos pocos tragos de Ron, para ver si tal vez esas mariposas que se encontraban dentro de su estómago se embriagaban. Solo tardaron unos minutos para hacer efecto...
El la tomo entre sus brazos mientras sonreía, sus abrazos eran sin duda una de las pocas formas de llegar al cielo. Beso sus mejillas lentamente hasta llegar a sus labios, donde se fundieron en un beso que ni el mejor escritor podría describir.
Sus labios tenían sabor a alcohol esa noche y desde entonces, no ha podido estar sobria.
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El Diario de Jay
NonfiksiTiene un ángel en el alma y mil demonios en la cabeza. Y ahora es mas feliz de lo que pensaba una vez sentir.