Nuits à Paris

Capitulo 1 - La bienvenida.

Pleno vuelo a Francia. Los viajes en avión me aterran muchísimo, tengo la mala costumbre de abordarlos, empezar a imaginarme como seria estar en un accidente en avión, y la posibilidad de salir viva de allí, mientras cae en picada. ¿Sacarme el cinturón y agarrarme con lo que pueda hasta llegar a la puerta de emergencia? o solo quedarme allí y esperar una muerte segura. Todos estos pensamientos se me venían en la mente hasta que Aris me interrumpió, caso que se lo agradecía mucho. Me incomodaba mucho pensar en ello. No faltaba demasiado para llegar al aeropuerto Roissy, pero la espera se me hacia eterna.

-¿Estas bien?. - Aris llevaba preguntándome ésto a penas entramos al avión.

-Si, sólo ya quiero llegar y tocar tierra una vez por todas.-Nos empezamos a reír, era muy agobiante estar una hora sentada sin hacer nada, solo estaba a gusto de haber salido de España por fin.

Ya faltando pocos minutos para llegar. Me puse un auricular y el otro se lo pase a Aris, comencé a reproducir "Black" de Pearl Jam. No sabia la razón de por qué en ese momento la reproducí. Sólo la escuchaba cuando me sentía en un momento de tristeza, pero en esa ocasión, la canción sonaba perfecta. Me daba un poco de gracia ya que Aris se ponía a cantarla con mucha pasión, y no faltaba que se sintiera un Eddie Vedder en pleno escenario haciendo locuras. Esas cosas me gustaban, él era el chico indicado en el momento correcto. Estaba muy agradecida de tenerlo como amigo, y por supuesto por haberme invitado acompañarlo a vivir a Francia.

Aris era un chico con mucho entusiasmo y optimismo por la vida. Siempre en mis momentos de bajón, estaba él para alegrarlos. Todavía sigo en dudas de como aceptó ser mi amigo, era lo contrario a él. En la secundaria, se podría decir que era la típica chica "solitaria". No me interesaba interactuar con nadie, creía que todos eran unos estúpidos. La pubertad le pegaba duro a muchos; pero solo Aris fue el único que tornó la diferencia en mí y mis pensamientos ¿Cómo? bueno, solo se acerco a mi, y me pregunto que estaba haciendo. Mi instinto me decía que lo mandara a volar, pero fue todo lo contrario. La manera tan amable y el aura tan alegre que transmitía, me contagió por completo y no dude que en ese momento por fin había encontrado a mi amigo de por vida, y mas por que después de conocerlo mejor. Nos dimos cuenta de que teníamos los mismo gustos musicales.

-Juro que esta canción es una de las mejores de este album, además de Jeremy, claro.

-Si tu lo dices querido.-molestarlo era tan común que me gustaba ver como se mordía los labios y movía la cabeza insinuando un "no".

Ya en el aeropuerto, buscamos nuestras maletas, y nos dirigimos a la entrada para poder tomar un Shuttle. No me extrañaba que el día estuviera gris. Casi como queriendo soltar un diluvio. Habiendo tanta movilidad en el aeropuerto, se hizo un poco tenso poder salir, pero al fin y al cabo, teníamos que estar cuarenta y cinco minutos mas sentados para llegar a París.

En pleno viaje, me detenía a pensar que tan tranquilo y excitante era estar en un lugar nuevo, y mas en un lugar como París. Visitado por muchos turistas, y gente que tal vez tuvo una vida difícil, y decidieron escaparse, como yo. Estar sentada al lado de la ventana,me hacía pensar mucho y más al estar mirando a las afueras, viendo a las personas pasar, cada una con una historia, algunas con una muy similar, otras completamente diferentes. ¿Habría alguna persona con la misma historia que yo?. En ese mismo momento, el auto frenó de golpe.

-Hey! Garçon, regarde où tu marches! Ne voyez-vous pas les feux de circulation?.-El chófer gritaba tan fuerte que hasta me dejaba sorda. Por su tono, era obvio que estaba encabronado con el muchacho que se había cruzado como si nada y le dejaba en la vista, un "fuck you".

-Madre mía, ¿estás bien Aina?.

-Algo así, casi me la doy con el asiento de adelante. -Aris se reía de mi expresión.- ¿Qué le ha dicho el chófer?.- pregunté.