Capítulo II

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Hola; por fin volví!! lamento la espera estos años, en verdad ha sido duro,  espero que aún quieran leer un poco de esto, tengo que retomar el ritmo y la costumbre pero me he propuesto a terminarlo, no se cuando suba un nuevo capítulo pero estén alertas!!! Saludos.


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Después de esa noche y todas las que siguieron el sueño se repetía una y otra vez, siempre el mismo, alguien, quizá una especie de demonio entraba a su habitación, excitaba su cuerpo al limite y después le hace el amor tan apasionadamente, luego despierta encontrándose desnudo en la cama a pesar de dormir con pijama, hay marcas en su piel de besos duros y suaves mordidas hechas para complacer y provocar, como ya es rutina la evidencia de sus explosivos orgasmos mancha la piel de su estómago y parte de sus piernas, lo único que había cambiado era la forma en la que se sentía, al inicio y las primeras horas del día fueron un infierno, se moría de miedo cada vez que despertaba y se miraba al espejo, no podía dormir ni 5 minutos, había comprado miles de candados y cambiado la cerradura de puertas y ventanas, aún así la cosa -como había comenzado a llamarlo- entraba a su habitación y le hacía el amor como nadie; después del segundo día ya no tenía miedo, había entendido que si esa persona quisiera herirlo ya lo hubiese hecho, era invisible, tenía fuerza inhumana -como había comprobado un par de veces cuando gritaba que lo cogiera más fuerte- faltaba sólo un día para Halloween, debería de estar preocupado por el traje que usaría, no por si esa noche su misterioso amante aparecería, deseaba tanto verlo, en la especie de trance que presentaba al momento de estar con él se di cuenta de que primero, no eran sueños y segundo, que su amante tenía el cuerpo más cautivador y una intensa mirada, penetrantes ojos negros que le seguían a pesar de estar despierto en estos momentos, el susurro de una voz tan masculina en sus oídos diciendo sé mío por siempre, joder... el diría que sí si tan solo pudiese verle y preguntar.

-Quiero conocer la cara del maldito que me viola en las noches -dice mientras prepara el licuado de siempre, piña, aguacate y un par de hojas de espinacas, últimamente se alimentaba estupendamente, todo hecho en casa por sí mismo y poca carne, quería verse lindo para su mejor amigo Sungmin, aunque ahora ya no estaba tan seguro.


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Despertó como siempre, la evidencia de su amante le rodea el cuerpo y parece que ahora el corazón, había algo en sus caricias, en la necesidad de sus encuentros, algo familiar y nostálgico; era increíble que en solo un par de noches el fantasma que tiene por amante le robe la capacidad de pensamiento.

— ¡Argh! debo dejar de pensar cosas estúpidas, no es como que lo conozca. —murmura mientas termina de secarse el rebelde cabello. —Aterriza Cho, tienes que ir a la universidad. —Con la misma costumbre de los últimos meses sale de su acogedora casa, un hermoso y sagrado lugar de descanso solo para comprar el desayuno y el almuerzo en el mismo lugar, cruza las avenidas y por fin, llega al lugar dónde le roban el alma a diario. 

Es estudiante de ingeniería biomédica, actualmente está desarrollando piezas ergonómicas para pacientes con amputaciones y trabaja medio tiempo en una cafetería cerca de casa, como cada mañana, a la entrada del campus un chico rubio con cara de niña le espera entusiasmado para ir a clases, aunque Sungmin es un par de años mayor es bastante lindo y luce incluso más joven que él mismo; la rutina consistía en comprar ambos almuerzos para los dos, luego Minnie querría darle el costo de lo suyo y él se negaría porque bueno, debía ser lindo con quien le gustaba. 

—¡Kyunnie! —forma un puchero gracioso, anteriormente ese gesto le abría puesto nervioso por lo adorable solo que ahora parece excesivo y demasiado "mundo de rosas", él prefiere a los chicos sombríos y serios, esos que solo muestran su lado torpe y tierno con personas exclusivas. —Justo como hyung —susurra asombrándose un poco por el recuerdo bailando en su mente: "un chico de mirada intensa, ojos oscuros, penetrantes como la niebla en el cuerpo acercándose lentamente con una sonrisa gentil en los labios, su rostro le es familiar pero no consigue recordar de dónde; observa como se mueven juntos por el salón..

—¡Cho Kyuhyun! ¿Por qué estás ignorándome? estúpido dongsaeng, olvidaste mi comida. 

—Ah, emm... hoy no tengo suficiente dinero conejo afeminado, tendrás que comprar en la cafetería. —Si, era un poco rudo pero el conejo no era una perita en dulce tampoco ya que incluso cuando le ignoró para entrar a sus clases, Sungmin seguía gritandole que está en las nubes.

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Después de la universidad y como hoy no tenía trabajo, regreso a casa tranquilamente después de comprar comida decente, al fin podría alimentarse como se debe, aunque sus gustos fuesen un poco exigentes, ese extraño paladar que todos odiaban por decir que su gusto es extraño y en ocasiones algo grotesco, pero vamos que hay de malo con comer las papas fritas con mostaza, mayonesa, chile y un poco de jalea de piña, pff absolutamente nada.

Una vez comido y duchado, regresa a su habitación, el pensamiento de alguien entrando a su casa y follárselo pues no es muy tranquilizador pero ya no le asusta, en realidad siente tan familiar el contacto.

—Mejor me seco el cabello, sino me volveré loco y calvo, seré un loco calvo. —toma su pequeña secadora y comienza a secar su cabello frente al espejo, no sabe por qué pero siempre ha imaginado que detrás de los espejos hay puertas a otro mundo, dónde las criaturas de las sombras viven, pero qué criaturas, se pregunta a diario, " un Incubo" dice su mente. 

El pensamiento le dejó helado, no podía creer en la existencia de demonios o esas cosas, era tonto, sin embargo su imaginación le lleva a una misma palabra "hyung".

Colgó la secadora observando el espejo, su mirada puesta en descubrir las formas ondulantes por el reflejo de la luz sobre el cristal, había escuchado un estúpido cuento donde si mirabas el espejo pensando en el nombre de una persona, podrías verlo en el reflejo.

—Tal vez... —se acercó con cautela a su espejo de cuerpo completo enmarcado por un entramado metálico con incrustaciones de piedras preciosas en las esquinas; el objeto lleva miles de generaciones en su familia y ahora es suyo, dicen que un antepasado lo compró para ver sus vidas pasadas, obviamente el no creía en eso, nunca ha visto nada en él. — debería pensar en Hyung —colocó una mano sobre la superficie reflejante y con todo el deseo del mundo pensó en esa persona que desde hace unos días comenzó a aparecer en su mente, como si fuesen memorias perdidas. Era Halloween después de todo, que era ese día sin una historia o experiencia paranormal.

Comenzaba a frustrarse cuando una voz detrás suyo le nombró. —Kyu... Kyuhyun tu... —al girarse vio al hombre que había visto hace unos días, ese que calentó su cuerpo con una sola mirada, solo que ahora sus ojos están rodeados de lagrimas amenazantes por salir y una mano temblorosa extendida hacia él. —En verdad me llamaste, Hae dijo que era imposible que recordaras pero, me has invocado, mi pequeño diablillo, te he extrañado.

Kyuhyun, por primera vez en su vida no pudo hacer otra cosa más que gritar.




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