Inmortal ~Malec~

Uno menos cuatro (Parte 1/4)

"Everytime, I try to speak

It consumes my mind

It consumes my soul
It wants my life it wants complete control
Somebody help me before it's bad
Somebody help me before I end up dead
I feel alone, all of the time..."

—Bedroom, In My Head.

Habían pasado casi dos días desde que Alec, sus hermanos y sus amigos sabían que él moriría pronto. Alec se había imaginado una escena dramática y conmovedora de tipo película, sin embargo, se había encontrado con algo muy lamentable: ojos rojos, manos apretadas y temblantes, palabras de apoyo que en realidad no apoyaban a nadie y silencios incómodos. Él no los podía juzgar ¿qué le dices a alguien que se muere? ¿Cómo apoyas, cómo ánimas, cómo haces cualquier cosa? Alec lo entendía, todos deseaban poder hacer algo que no podían, así estaban las cosas; por eso cuando su doctor le dijo que le programaría una cita con un psicólogo a él le pareció una pérdida de tiempo y de recursos, ¿qué le podía decir un psicólogo que él no supiese ya? Y si era así, se estaba muriendo, no quería saberlo... Pero ahí estaba, enfrente de un hombre alto, de cabellos un poco blancos y ojos azules mucho más claros y despejados que los suyos.

—Muy bien, joven Alexander, cuénteme cómo está —preguntó el hombre, mientras se acomodaba en su gran silla de cuero marrón y miraba a Alec con vista expectante.

—Pues estoy muriendo —se limitó a contestar Alec, sentía los hombros rígidos hacia atrás y tenía las manos apretadas fuertemente en su regazo, era un acto inconsciente de no verse vulnerable.

—Bien, pues, en realidad le pregunté sobre su estado anímico, pero eso es factible ¿piensa usted mucho en la muerte? —preguntó de nuevo, ahora apuntando unas cuantas cosas en la libreta.

Alec se removió incómodo en su asiento, no se había esperado esa pregunta. ¿Qué si pensaba mucho en la muerte? Por favor, era en lo único que pensaba, era una persona que estaba muriendo ¿lo estaba, verdad? Tenía, entonces, derecho a pensar mucho en eso.

—Pues estoy muriendo, es normal que piense en la muerte y en todo lo que voy a dejar, todo lo que no he hecho y lo que he hecho.

—Mmm... —el hombre anotó la última cosa en la libreta antes de volver a mirarlo —. Muy bien, Alexander, dígame ¿usted está vivo en este momento?

Alec abrió un poco los ojos antes de responder.

—Pues... sí, sí lo estoy, obviamente.

—Muy bien, antes de recibir la noticia de su cáncer, ¿estaba vivo? —el hombre miró a Alec asentir antes de continuar —. ¿Era usted, en ese entonces antes de saberlo, consciente de que se iba a morir algún día?

—Sí, lo era...

—Pues perfecto, ¿por qué tiene que ser distinto ahora? Comprendo que se sienta devastado, retraído y reminiscente con respecto a esto, es normal, le han dado una noticia terrible para alguien tan joven; tiene derecho a sentirse mal con el mundo y muchas otras emociones, pero si solo piensa en la muerte ¿es el cáncer el que realmente está acabando con su tiempo?

Alec se quedó muy quieto en su asiento, con los labios apretados; se había sentido descubierto, como si estuviese escondido bajo las sábanas y de repente alguien se las hubiese quitado. Se estaba encargando de sentirse siempre como si cayera y estaba tomando todo como una excusa simplemente para dejarse rendir.