Tarjeta Verde

¡Soy el peor jugando!

Todo empezó cuando ingrese a la escuela, era el mejor estudiante de mi clase, y no es que me guste estudiar, sino que mi padre, Marco Vera, quería que de grande llegue a ser como él, un empresario exitoso y millonario. Amaba jugar fútbol desde niño, nada más que era muy malo, ni siquiera podía pasar bien el balón. A mi primo Roberto también le gustaba y gracias a él podía jugar con mis compañeros, aunque siempre yo era el último a quien escogían, debido a mí delgado cuerpo y por el solo hecho de que usaba lentes.

Yo ansiaba jugar mejor, pero las constantes burlas de mis compañeros hacían que tenga miedo de que me pasen el balón y por eso siempre que lo hacían yo lo soltaba de inmediato para liberarme de algún posible fallo que pudiera cometer, y en realidad el único que me pasaba el balón solía ser mi primo, quién sí era el mejor de todos jugando.

El fútbol fue hecho para divertirse, pero para mí en ese entonces era un martirio, había días en que lo pasaba muy mal al jugar este deporte en la escuela, burlas como "No le pasen al cuatro ojos porque él siempre falla", "No escojan al cuatro ojos porque por culpa de él siempre perdemos" hacían que llegue llorando a casa.

-No les hagas caso, solo buscan a alguien a quien culpar por su derrota -me decía Roberto

-Pero es verdad, por mi culpa siempre pierden -le decía mientras caían por mi mejillas lágrimas de dolor e impotencia.

-Solo tienes que practicar duro y verás que podrás llegar a ser incluso mejor que yo ­-me contestaba con un tono suave y sincero.

-Pero, aunque practique duro todos los días jamás podré ser como tú, tú eres muy alto y tienen un gran fisico para resistir la presión de los defensas, yo siempre salgo lastimado por los golpes de los contrarios -volvía a insistir con un tono un poco más fuerte.

-El físico no es importante, todo depende de que tan bien sepas llevar el balón. Mira por ejemplo a Messi, él es el mejor del mundo y no necesitó tener un gran físico para llegar hasta donde está actualmente -­concluía y me motivaba a continuar luchando por ser mejor.