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Dos niños con el corazón absolutamente fuera de contraste, a una edad tan pequeña sintiendo dolor por las causas y consecuencias de la vida... era difícil detener el dolor a temprana edad. Ellos solo lo sentían y pensaban que era normal el sentimiento porque realmente los invadían noche tras noche y día tras día por la huida de las personas que presenciaban, pero lo peor es que, a causa de todo esto; pensaban ser ciertos culpables de sus problemas.

Un niño solitario en el colegio de ojos azules, resaltaba en el recreo por su soledad. Un niño que tuvo que emigrar de su país para encontrar una calidad de vida mejor... viviendo en un sótano lleno de humedad de un amigo de su padre, sin saber dónde se encontraba su madre y sabiendo que sus hermanos le escondían la verdad. Un niño con ingenuidad y sueños de superar todo algún día. El simplemente, no se sentía moldeado a los demás por su idioma y raíces... lo discriminaban por ello y por supuesto, no le parecía justo, pero no se atrevía a decirlo en voz alta, era tímido y débil.

Aquel niño, pasaba las noches extrañando el cálido amor de La Habana. Anhelaba algún día volver a ver su familia y amigos, porque solo ellos lo entendían. Quería volver a probar la comida e ir al mar a ver las estrellas con su madre como muchas veces lo hicieron... Las personas allá, tenían actitud hogareña y desparramaban amor con un saludo. Realmente, sus entrañas dolían por todo lo que quería. Ansiaba poder tener la otra mitad de su corazón que estaba en La Habana, ya que su lema era "La mitad de mi corazón está en La Habana"


Por otro lado, un niño de semejantes de iris azules; sentía lo mismo... no se sentía moldeado a todo alrededor de el. Le encantaba tener cerca a su hermana para protegerla del dolor que el sentía... el presencio la ida de personas con valor inmenso y era consciente del hecho de no volver a verlas jamás. Creía poder gritar para calmar las olas pesadas que lo invadían, algo típico de él. Sentía el amor de una persona realmente bella por fuera y dentro... de su tía. Ella realmente lo amaba, pero no sabía lo fuerte que era el al retener todo el huracán interno. Admiraba su forma de ser de aquel niño, siempre tan solidario y valiente... le encantaba su entusiasmo por la vida a pesar de todo su historial dañino.

Él tenía un secreto realmente guardado... había un chico en su clase realmente bonito. Ese niño era tímido y él quería hablarle de alguna forma... pero era un cobarde, por el miedo al fracaso.

A veces, se limitaba en apreciar cómo era tan callado y pensativo. Odiaba que fuera así porque todos hablaban de lo que pensaban, menos él y quería saber si tan siquiera lo notaba...

Independientemente de eso, el realmente tenía una espina sin poder quitar... porque lamentablemente "Es inevitable que todo lo bueno llegue a su fin"

UmbrellaWhere stories live. Discover now