Capitulo 1-Un día no tan común.

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Narra Nathaniel:

Me desperté gracias a un ruido fuerte de algo rompiéndose en la planta baja, instintivamente pegué un brinco sentándome de golpe en la cama, después de unos segundos se comenzaron a escuchar gritos, suspiré y me tapé de nuevo con las cobijas recostandome en mi cama.
Era cosa de todos los días que mis padres pelearan, ya no se me hacia raro, aun que todavía no me acostumbro a que me griten o peleen por mi, aun duele, y mucho.

¿Pero que se le va a hacer?

Me tocó vivir aquí y con esta familia, no puedo cambiar eso por más que yo lo quiera.

Me levanté con pereza de mi cama caminando al baño de mi habitación, tampoco estoy acostumbrado a entrar a mi baño y diario ver aquellas cicatrices que con el pasar de los días sólo aumentaban los cortes, en mis brazos y piernas, cada uno mas profundo y largo que otro. Solté un suspiro largo y cansado para después quitarme mi bóxer, que es lo único con lo que duermo.

Abrí el grifo de la regadera y cuando se calentó lo suficiente, entré debajo del agua que caía ahora sobre mi cuerpo, era relajante, me perdí un momento olvidando hasta quien era, pero los gritos de mis padres me devolvieron a la cruda realidad, me terminé de bañar rápido y salí con una toalla al rededor de mi cintura.
Busque en mi armario y cajones un poco, saqué un bóxer limpio, un pantalón de mezclilla oscuro y una camisa a cuadros manga larga color morado, y al igual que el pantalón el color era muy oscuro.
No me gusta mucho usar esta ropa, pero no puedo usar siempre la que yo quiero, si no, en mi armario solo tendría un pantalón, una playera y un saco.

Me vestí y regresé al baño, cepille un poco mi cabello y dejé que se acomodara solo, me lavé los dientes y volví a mi habitación para tomar mi celular de la mesa de noche y poder revisar la hora, aun tenía bastante tiempo así que agarré mi mochila y bajé las escaleras, pero los gritos de mis padres aun no paraban, me escabullí como pude hacia la salida de mi casa y cuando estuve afuera solté un suspiro de alivio.

Como ya era de costumbre fui caminando a mi escuela, y como siempre pase por la panadería de los padres de Marinette, me detuve unos momentos mirando hacia adentro, en algunas bandejas había panecillos distintos, pero que lucían verdaderamente exquisitos, aquel delicioso olor no podía mentir pues parecían recién horneados, mi estomago rugió en protesta por no haber desayunado nada, como siempre, por escapar de las peleas de mis padres.

Marinette:Nathaniel!? *cuando escuche su voz pegué un gran brinco, era la primera vez que me topaba con ella antes de las clases, la miré y ella me sonreía, rapidamente sentí mis mejillas arder* Lamento haberte asustado...

Nathaniel:N-No te preocupes, M-Marinette... *dije como pude, ella me gustaba demasiado, y no podía establecer una conversación normal con ella sin que tartamudeara, mi estómago volvió a rugir y yo me sonroje más al escuchar una pequeña risa de ella*

Marinette:Quieres un panecillo? *dijo sonriéndome con cariño, entró a la panadería, por las ventanas pude ver como se despedía de su madre después de tomar dos panecillos de una bandeja, salió y me extendió uno* Se nota que tienes hambre... *yo traté de sonreirle*

Nathaniel:G-Gracias, Marinette... *dije aceptando el panecillo*

Marinette:¡Ay, no! ¡Ya es tarde! *dijo viendo su celular* ¡Vamos o no nos dejaran entrar a la clase!

Tomó mi muñeca izquierda y comenzó a jalarme hacia la escuela, lo bueno era que nada más quedaba cruzando la calle pues me moría de vergüenza, entramos agitados al aula y ya casi todos estaban ahí, Marinette fue corriendo con Alya y comenzaron a platicar.

Pero cuando bajé un poco mi vista, él me miraba, me sentí incómodo y bajé mi vista al suelo caminando rápidamente al final del aula, cuando me senté en mi lugar correspondiente me sentí aliviado, pero me duro muy poco el gusto ya que él aun me miraba.

Cortes. (Yaoi/Adrinath/PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora