3. Trunks.

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Habían pasado medio año, Gine había demostrado ser una excelente empleada no solo superando los tres meses de prueba sino también subiendo de rango, pasando de lavar los platos a ser la asistente del chef, además de haberse mudado a otro lugar mas lindo e higiénico y sobre todo muy cerca de la CC.  

-- Gine. Es hora del descanso, ve a darles el almuerzo a los niños. -- Le ordeño el chef, esta era una tarea que parecía sencilla pero era la de mayor importancia, pues era del hijo de Bulma, la dueña de la Corporación Capsula. 

-- Si. -- Gine salió de la cocina con un carrito de metal donde llevaba el alimento de los niños además de algunos postres.
La comida se servía en el enorme balcón de la CC. donde ya estaban los niños y la docente de primaria sentados en una mesa. Gine dió la comida a cada uno y dejó la bandeja de dulces. 

-- Gracias. -- dijeron los niños en coro mientras iniciaban a comer.

-- Gine. -- Trunks susurró. -- Me ayudas de nuevo con matemáticas. -- El pequeño de cabello lila se aseguró de no ser escuchado por la maestra quien comía alegremente de los dulces. 

Gine asintió y le giñó un ojo en señal afirmativa. Trunks sonrió y siguió comiendo.
El niño había sido muy amable con ella desde que la vió y no entendía muy bien la razón. -- Pareces Saiyajin. -- le dijo una vez mientras tocaba su negro e indomable cabello que parecía no ni crecer ni cambiar lo que la frustraba mucho, pero Gine nunca entendió realmente las palabras de Trunks jamás había escuchado eso de saiyajin. 

Trunks también le había hablado algo sobre el Ki pero Gine no mostró interés por esos temas raros de los que tanto hablaba el pequeño.
-- Le diré a mi papá que te entrene. -- Gine abrió los ojos al máximo esa vez, entrando en pánico, negando con vehemencia tal propuesta.

Estar en el mismo espacio que el Señor Vegeta le aterraba, ya lo había visto algunas veces pero él desprendía una energía tan pesada que Gine siempre huía si lo llegaba a encontrar por los pasillos. 

Días después de la propuesta de Trunks el señor Vegeta la encontraría por los pasillos.  -- Tú, tráeme un paquete de botellas con agua y algunas toallas. -- Gritaron tras ella. Era el señor Vegeta quién la miraba con el seño fruncido. -- ¿No me oíste? -- Vegeta le gritó nuevamente, Gine asintió y rápidamente fue a buscar lo que Vegeta le pedía. -- Las llevas a la cámara de gravedad. -- dijo para luego desaparecer por una puerta. 

La mujer estaba frente la puerta que le había sido prohibida desde el día uno, se mordía el labio con fuerza, no sabia que hacer.
¿Debería entrar?
Le habían dicho que estaba prohibido pero por otro lado el señor Vegeta le había dicho que las llevara a ese lugar.
¿Y, si solo las dejo en la puerta? se dijo a si misma, pero ¿Y si se molesta? podría hacer que me despidieran. 

Dejó salir el aire retenido pesadamente y tragó saliva volviendo a inhalar, tomó valor y abrió la puerta. El lugar era totalmente blanco y habían varios robots suspendidos en el aire y también el Señor Vegeta. Gine contuvo la respiración al ver la mirada llena de odio que le dedicaba Vegeta. -- Le traje lo que pidió. -- tartamudeó mostrando lo que traía en sus manos.

-- ¡Cómo te atreves a...! -- las palabras del saiyajin se vieron interrumpidas por un saltó de susto de parte de Gine por un fuerte sonido metálico que se oyó tras ella. La puerta se había cerrado de golpe. Una voz robótica se escuchó.

--  500 G activado. --

Gine de pronto sintió una presión sobre su cuerpo, como si el mismo aire la aplastara. La mujer cayó de rodillas no pudiendo controlar el peso que la embargaba. 

-- Estúpida. -- dijo Vegeta descendiendo frente a ella, tenia la intención de ayudarla y sacarla de ahí, pero la mujer, con mucho esfuerzo se levantó, estaba roja y sudando solo por esa acción, Vegeta se quedó en silencio solo observándola, tal cantidad de gravedad debería de no solo mantenerla en el suelo, sino haberla matado en poco mas de un minuto. Una sensación familiar puso en alerta a Vegeta al sentir un pequeño y débil Ki que crecía a medida que la chica hacía un esfuerzo por no caer de nuevo al suelo. Vegeta no podía creer lo que sentía, ese era el Ki de saiyajin, tenia frente a él una mujer saiyajin. 

-- ¿No puedo respirar? -- Vegeta salió de su trance metal y rápidamente apagó la gravedad inducida devolviéndola a la presión normal de la tierra. Gine tomó una bocanada de aire y cayó debilitada al suelo mientras se tocaba el pecho sintiendo como su corazón bobeaba sangre más rápido de lo normal, tenia una sensación ferrosa en la boca y sentía dolor en todo el cuerpo.

-- Toma. -- Vegeta le lanzó una semilla verde. -- Cómetela, si no lo haces morirás. -- Gine no lo pensó mucho y obedeció, pronto su respiración se normalizó y el dolor interno que sentía había desaparecido. Era como magia.

-- Gracias. -- Gine se atrevió sotenerle la mirada al príncipe quien vislumbró una idea en su cabeza.
Vegeta lanzó un golpe, el cual fue detenido por la chica. Gine lo veía desconcertada. 

-- ¿Por qué me quiere golpear? -- La voz de Gine se volvió chillona y llena de miedo. 

--¿Cómo te llamas? -- La mujer se llenó de pavor, ¿Por qué le pedía su nombre? ¿La iba acusar? ¿la despedirían? -- Te estoy hablando sabandija. -- 

-- Gine. -- contestó sintiendo temblar su labio inferior. -- No me despedida por favor. -- dijo en un hilo de voz. 

Vegeta estaba confundido, la chica desprendía un Ki saiyajin muy débil, no parecía ser mas fuerte que un humano promedio además tenia un leve parecido a  Raditz ¿Podría ser hija del hermano de Kakaroto? Pero eso no tendría sentido el guerrero había muerto hace mucho y no habían mujeres de su raza en la nave de Freezer. 

Para cuando Vegeta salió de sus pensamientos la chica ya no estaba y había dejado las cosas frente a él. Desde ese día Vegeta la sorprendía por los pasillos lanzándole golpes y Gine los detenía muchas veces pero muchas otras era golpeada de lleno. Por suerte el Señor Vegeta no se encontraba en la CC desde hace un tiempo y podía descansar de estar siempre atenta de cada paso que daba. 

Sus recuerdos fueron interrumpidos cuando el cielo tembló y se abrió dejando caer una maquina en el jardín. Trunks voló hasta la máquina mientras los demás mirabas sorprendidos desde le borde del balcón. El pequeño de pelo lila limpió un poco el vidrio. -- Hay alguien adentro -- dijo. -- Es un muchacho. -- 

-- Hay que llamar a la señora Bulma -- habló Gine, el pequeño llamado Pilaf le ordeño a su amigo Shu, que la fuera a buscar. 

Bulma apareció en santiamén. Y le ordenó a su hijo sacar al joven que venía adentro de la extraña nave. Gine ayudó a llevar el joven hasta un quiosco cerca del jardín donde lo recostaron. -- Es igual a Trunks. -- susurró Gine. 

-- Llamaré a Vegeta -- la señora Bulma se fue de nuevo dejando al pequeño muy confundido, además de ser hostigado por comentarios cizañosos de Pilaf y sus amigos. 

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Todos se congelaron cuando el joven de la nave se levantó a toda prisa tratando de golpear al señor Goku. 

-- Eres un desgraciado. -- le gritó mientras lo veía con odio. -- Miserable. -- volvió a gritar.
la cara de confusión de Goku era evidente.

-- ¿Que crees que estás haciendo? -- Bulma le dió un golpe en la cabeza al joven devolviendolo a la realidad.

--¿Señor Goku? -- preguntó inseguro. --¿Enserio es usted? ¿No estaba muerto? -- El saiyajin sonrió contestando que lo habían revivido.
Gine estaba confundida ¿Cómo que revivió? Hasta donde ella sabía las personas no podían regresar de la muerte.

-- Trunks, dime qué pasa ¿Por qué regresaste? -- Bulma se cruzó se brazos exigiendo una explicación de parte del joven peliazul.

--Mamá. -- su voz fue dulce. El joven de pelo azul se arrodilló y abrazó las piernas de Bulma. Trunks y yo teníamos la misma expresión de confusión. ¿Por qué el recién llegado le decía mamá a Bulma? y ¿Por qué los demás no parecían sorprenderse con el increíble parecido que tenia con el pequeño Trunks?

Amor Entre Dimensiónes [VegeKaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora