《Juntos por siempre》

Capitulo 18

_Por que volviste? 

_ Me di cuanta que tu vales la pena, que nunca te podre estar sin ti y créeme que si te quiero  pero no se siento, no se cono decirlo

_Pues no lo digas, solo ámame  

    Volví a abrazar a mi Teresa, que ahora supuesta mente es mi novia. Siento una gran intensidad dentro de mi cuerpo, que no se podría describir, como algo que quisiera salir de inmediato con tal brusquedad, que llenaría de felicidad a cualquiera que pasara. 

    Nos levantamos y nos tomamos de la mano. Mi madre se encontraba a varios metros de distancia sentada en un largo columpio rosa. Vamos hacia ella, para sentarnos cada uno a lado de ella. Estira las dos manos, para tomársela y eso fue lo que hicimos, siento una calma tan grande y una conexión entre las dos.

    No la pasamos todo el día en el parque, corriendo, riendo, hablando, disfrutando de un momento con las dos mujeres que mas amo en esta vida. Me dolería demasiado si ya no pudiera volverlas a ver, no lo soportaría.

    Nos encontramos frente a la puerta. Mi madre abre la puerta y entra, no sin antes despedirse de nosotros. Caminamos por una calle estrecha, con destino a la casa de T, tomados de la mano, sin decir ni una sola palabra, solo disfrutando del silencio de la ciudad y de nuestras respiraciones. Legamos a nuestro destino, le tomo las manos, quedando frente a  ella. Este es el momento en que debo decirle.

_Oye T, hace mucho que quería pedirte esto, pero no había llegado la oportunidad ni el momento indicado

_Dime.

_Quisieras participar con migo en el concurso de música ?    

Ablamos como se supone que hablan en las películas, es algo que me produce mucha gracia.

_En verdad me lo estas pidiendo a mi?
Me encantaría ser tu acompañante.

 

    Me da un beso en los labios, rápido y caluroso. Y haciendo un reverencia, se marcha hacia la puerta, con su peculiar forma de mover el cabello de un lado hacia el otro y de arriba hacia abajo. Me quedo con esa gran sensación, cada ves que la veo marchar, y me voy caminando por la acera tocando los arbustos que pasan a mis costados. Con una gran sonrisa en mis labios y con esa satisfacción, que me chorrea de arriba hacia abajo.