28. Pesadilla real

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Dejé las llaves sobre el cuenco del recibidor y crucé el marco del salón hacia la cocina, viendo de frente quien de pronto se había quedado mudo, sin embargo, el televisor continuaba en su línea retransmitiendo el partido.

- ¿Has decidido ya que hacer? ¿Me lo explicas tú o lo averiguo yo? -pregunté desde la cocina.

Cogí una taza del armarito que estaba sobre mi cabeza y la llené de agua, me dió tiempo a acabarmela antes de que él contestase de nuevo.

-¿Qué quieres saber? - preguntó.

Me senté en una de las sillas que rodeaban la mesa, alejada de él y sostuve la taza entre mis manos mientras centraba mi mirada en él, aún vestido de traje y con la corbata abrochada, con su uniforme para la vida puesto.

-¿Por qué me mentiste?- pregunté.

-Porque hay cosas que es mejor que no sepas, ni tú ni mucho menos Sam.

-¿Qué pasó?

Se inclinó hacia delante y dejó el bote sobre la mesa mientras bajaba los pies y los apoyaba de nuevo en el suelo.

- Fue un accidente, los frenos fallaron - repitió.

- ¿Por qué investigó la policía?

Debía ir a por puntos concretos si quería saber algo, sino acabaría sabiendo lo mismo con lo que había entrado-

- Eh... la causa estaba difusa y querían aclararlo, cosas de papeleo...

- Para ser cosas de papeleo tuvieron mucha presencia en la prensa....hasta que  tú decidiste que dejasen de investigar si cortaron los frenos  ¿no?

Pude comprobar como comenzaba a  ponerse nervioso y bajó la vista al suelo.

-¿Hasta dónde sabes exactamente?

-Ah claro, porque así podrás contarme hasta donde ya sé ¿no?

No mentía con mis amigos, no mentía con Will...¿para qué iba a hacerlo con mi padre? Ni si quiera se me había pasado por la cabeza callarmelo y para entonces, me dí cuenta de que le había dolido, pero no me importó porque sabía que era cierto.

- Nunca llegarás a entenderme por mucho que haga, todo te parecerá siempre mal -suspiró.

- ¿Por qué no dejaste que descubriesen que pasó con los frenos?

Bajó la cabeza y retomó el bote metálico en el que repiqueteaba con los dedos sobre la tapa superior, estaba nervioso y estaba intentando descubrir como salir del paso.

- Porque no me interesaba saberlo, los accidentes son accidentes y ahí se quedan...

-Mientes - le corté - estás mintiendo y se te nota, porque si tú y yo nos parecemos en algo es en la forma en la que nos ponemos nerviosos. Y de hecho, mientes mal, porque sabes tan bien como yo que los frenos no se cortan solos, por tanto alguien los tuvo que cortar y eso anula la teoría de accidente papá.

Levantó la cabeza y observé sus ojos que volvían a mirarme directamente, mientras yo esperaba simplemente a eso, a una mentira.

- Pudo ser un error de...no puedo... - suspiró.

Ni si quiera había sido capaz de acabar con la siguiente mentira, podría haber ideado otra excusa y sin embargo, no fue capaz de hacerlo.

- ¡Tengo diecieste años! ¡Llevo seis viviendo como tú quieres que viva y por una sola vez te estoy pidiendo que me seas sincero porque estoy harta....harta de que intentes protegernos y al final, de quien nos proteges es de ti mismo y de tu vida así que buen trabajo! Si tu no me hubieses mentido cuando yo solo intentaba interesarme por ti, probablemente no estaríamos aquí ahora...

OppositesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora