Como flor de Loto

Comenzando¡¡

Apuesto a que si te acuerdas de tu vida de colegio verdad. Así tus clases, tus nuevos compañeros, todo un mundo nuevo. Se supone que es la etapa más bonita de tu vida. Voy a contarte un poco como fue la mía, y luego juzgaremos.

Comenzaba el año, primer curso. Mi madre me había matriculado en la tarde, porque se supone que en la mañana solo van los estudiantes que son de lejos. Igual, por la tarde estaban mis compañeros de escuela, así que todo estaba bien.

Entre al aula que era para primer curso. Había bastantes estudiantes, como era el primer día estaban reunidas ambas jornadas, así que a la mayoría no los conocía. Me senté un pupitre vacío, mis amigas aún no habían llegado, así que no tenía con quien hablar. En un asiento cercano al mío, estaba Dannyel, hacía ya varios meses que no lo veía, y nuestra relación había cambia bástate, así que solo le dedique una pequeña sonrisa.

- ¿Qué es eso?, pregunto alguien.

- No logre ver desde aquí. Contesto Dannyel.

Había un muchacho sentado cerca de Dannyel, no sabía quién era, nunca lo había visto. Se referían a algo que estaba escrito en la pizarra, supongo que era algo del año anterior. Lo cierto era que yo tampoco distinguía las palabras.

En eso entraron al aula, Mary y Carla, seguidas de Carolina. Me saludaron y se sentaron. Teníamos que esperar a que llegaran a darnos las indicaciones para luego realizar el acto de inauguración.

Mientras esperábamos, decidimos salir a dar una vuelta por el colegio. En los pasillos estaban todos los alumnos de años mayores, y para ser sincera aquello me parecía un locura y sumamente aburrido. Luego de que terminara todo, nos quedamos un rato más, sentadas en unas mesas que estaban cerca de la biblioteca.

- ¿Qué se van a poner mañana? Interrogo Mary. Como éramos de primer ingreso, daban dos semanas para que consiguiéramos el uniforme, así que íbamos con ropa de color.

- Aun nace, contesto Karla.

- Yo ya tengo el uniforme, dijo Betsabe, una compañera.

- Lo vas a traer.

- Aun no, no quiero será la única, con uniforme en el aula. Todas nos reímos.

Al salir del colegio me fui con Betsa, vivíamos más o menos cerca así que casi siempre caminamos juntas. Era alta, cabello lacio, ojos bonitos. En pocas palabras una hermosa persona, que luego se convertiría en mi mejor amiga. Pero no nos adelantemos a los hechos.

Los siguientes días del colegio, consistió en adaptarme a las clases, maestros y nuevos compañeros. Para ese entonces me había ya sumergido tanto en mí, que ya no quería relacionarme con nadie, así que a las únicas personas que les hablaba eran a las que ya conocía. Los alumnos de los demás cursos me tenían sin cuidado, y no me animaba a conocerlos, simplemente no quería.

Alguna vez has sentido, que las demás personas te respetan, por algo que no sos. Bueno a mí me paso. La mayoría de los profesores me conocía, no por lo que yo era, me conocían porque era la hermana de Margaret, una de las mejores estudiantes de aquel colegio, con uno de los mejores índices. Sí, me comparaban con ella a cada instante, no entendía porque. Cada vez que movía un dedo me tenían en la mira, así que decidí que a toda costa, les iba arruinar las expectativas que tenían de mí.

En el primer parcial saque el segundo mejor índice, y todo el mundo se da cuenta, porque colocan tu nombre en una estrella y la pegan en un mural, por orden cronológico, de mayor a menor. Eso nunca me gusto, porque dar a conocer a los estudiantes que pasan y aquellos que no, creo que eso no les corresponde a los maestros, y lo único que hacen es crear división.