Capítulo 6 - Sólo bastó una nota...

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Jimin

Llegué mi casa a medianoche, con la sensación de que flotaba. Entré por la ventana, a la habitación que alguna vez compartí con J-Hope, en calcetines, para no hacer ruido y evitar despertar a mis padres. Mi estómago no paraba de sentir mariposas, una descarga de adrenalina cada vez que pensaba en todo lo que pasó.

TaeTae había dicho que me amaba, me había tomado de la cintura y acercado a él, para darme el beso más tierno que jamás había sentido. Sus labios temblaban y los primeros segundos me quedé petrificado, pero después reaccioné y coloqué mis brazos alrededor de su cuello, intensificando el beso. No podría decir cuánto duró, pero al final tuvimos que separarnos por la falta de aire, para volver a besarnos de nuevo.

Nos ocultamos detrás de una casa abandonada del vecindario, él me miraba como si yo fuera a desaparecer en cualquier momento y yo lo tomé de la mano, sonriendo tranquilizante, no iría a ninguna parte. No escaparía ahora que la persona que yo más amaba, había aceptado sentir lo mismo por mí.

-¿No me odias ahora mismo?- Preguntó con dificultad.

-He esperado este momento por años.- contesté acariciando su suave rostro con las yemas de mis dedos. Él sonrió, sus manos regresaron a mi cintura y me dio un tierno beso, apenas un roce de sus labios.

-¿Por qué nos tardó tanto tiempo aceptar esto? Ahora que por fin te he besado, no quiero dejarte jamás.- dijo, su voz grave llegaba a lo más profundo de mi ser y cantaba su nombre. Reí.

-No tendrás que hacerlo, porque no iré a ninguna parte.- sonreí y él me devolvió su hermosa sonrisa.

No podía creerlo, casi me pellizco para asegurarme de que no era un sueño. TaeTae me confesó lo que llevaba años queriendo decirle... pero no lo había hecho por temor a que nuestra amistad se destruyera. Desde que lo conocí me sentí atraído hacia él. Pero Tae se pasaba todo el tiempo con su novia, MaeRi, así que yo supuse que jamás se fijaría en mí y aparté cualquier idea de mi cabeza. Que suerte que estaba equivocado.

Tae y yo pasamos horas juntos, platicando sobre nuestros intentos fallidos por ocultar nuestros sentimientos, como descubrimos que nos gustaba el otro y en su mayoría, besándonos.

Me encantaba estar con él. Cada beso era diferente del anterior, algunos muy dulces y cálidos, otros tan apasionados que me dejaban deseando más, como si tuviera muchas facetas para sorprenderme... y yo jamás me aburriría de explorarlas.

Era tan feliz en ese momento... quería que durara para siempre, pero al llegar la media noche decidimos que era mejor regresar a casa, pues los reguladores registraban las viviendas abandonadas también y no queríamos ser descubiertos.

Él me acompañó, íbamos tomados de la mano, y me dejó en la entrada, todavía me maravillaba la manera en que su cuerpo encajaba perfectamente con el mío. Le di un beso de buenas noches y me dirigí a la parte trasera, para entrar por la ventana.

Ya estando adentro, me recosté en mi cama sonriendo y acaricié mis labios, algo sensibles por las horas de besos con TaeTae. Cerré los ojos y quedé dormido al instante. Soñé con él esa noche.

Cuando desperté a la mañana siguiente, vi mi despertador y salté de la cama. Faltaba media hora para que comenzara mi turno en la mina, a las 8. Debí haber dormido mucho más de la cuenta, nunca me había pasado algo así.

Corrí al baño a lavarme la cara y cepillarme los dientes, cogí ropa limpia de mis cajones y me cambié a toda prisa. Si pedaleaba muy rápido lograría llegar a tiempo... ya casi salía de mi cuarto, cuando algo llamó mi atención.

En la ventana de mi habitación, había una pequeña nota pegada con cinta adhesiva

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En la ventana de mi habitación, había una pequeña nota pegada con cinta adhesiva. Reconocí la letra desde el primer momento.

"Ten un hermoso día, Chim

Y cúbrete del frio

Me encantó estar a tu lado anoche

Te ama... T"

Al ver la nota, una sonrisa comenzó a extenderse por mis labios. No había sido ningún sueño. Despegué la nota con cuidado de la ventana y la guardé en mi buró, aunque lo que realmente quería, era tatuarme el papel en la piel para no olvidar esas palabras.

Logré llegara tiempo al trabajo, TaeTae ya estaba en su yacimiento de las minas. Lo vería en cuanto terminara nuestro turno.

Al llegar a casa fingí estar agotado y querer dormir, para luego escabullirme por la ventana. Lo hice todas las noches... y así fue pasando el tiempo.

Él y yo nos conocíamos mejor que nadie, así que no hablamos seriamente de lo que éramos. Ambos sabíamos que lo nuestro era algo más fuerte que un noviazgo, pero evitábamos mencionarlo, nos enfocábamos sólo en disfrutar cada momento. Pasábamos muchas horas de la noche juntos, cuando salíamos de trabajar y recorríamos la ciudad por los caminos más solitarios para no encontrar a ningún regulador. TaeTae cantaba para mí. Su voz era profundamente hermosa y él decía que la mía era muy dulce.

No podíamos pasar un segundo sin contacto con el otro, agarrándonos de la mano, abrazándonos, ya era un experto en cada centímetro de su piel, y él de la mía... Había acariciado la marca de nacimiento de mi familia, un lunar en forma de media luna en mi espalda y en sus brazos por primera vez en la vida, me sentí seguro. Sabía que fuera a donde fuera, podía contar con él, y que quería pasar toda mi vida a su lado. No lo dudé.

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Pasaron varias semanas desde que TaeTae me había dicho lo que sentía, pero aún no quería decírselo a mis padres. Me gustaba el secretismo de nuestra relación, lo hacía todo más emocionante. Además de que ellos no se tomarían muy bien la noticia de que yo estaba con el hijo menor de una de las familias de peor reputación de Busan, pues su padre era un general del Restablecimiento y su hermano trabajaba en el castillo.

Siempre habían tenido problemas con nuestra amistad, pero si se enteraran de nuestra relación, enloquecerían. Tae había sido muy comprensivo al respecto y había respetado mi decisión, aunque él si me había presentado a su madre como su pareja.

La Señora Kim casi llora de la felicidad. Desde el inicio supo que nos quedaríamos juntos. Me invitaba a comer y dejaba que platicáramos en su casa. Mantuvo en secreto nuestro romance también.

Pero todo lo bueno en esta vida dura poco... Y una noche de Marzo, TaeHyung recibió un comunicado del Centro Civil del Restablecimiento, citándolo para que se uniera, de manera voluntaria, a sus filas en el ejército.

Solo bastó una nota... y mi mundo se destruyó.

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