Capítulo 3: Bolsa de hielo

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Veinte Puntos

Capítulo 3: Bolsa de hielo

Peinó sus cabellos hacia atrás con una delgada cinta negra y se llevó las manos a las caderas. Contó en su mente la fila de muchachos enrojecidos y sudados que aguardaban entre jadeos a sus próximas órdenes. Como capitán era una bestia. Repitió dos veces el trote de cuarenta y cinco minutos a lo largo del gimnasio sólo porque alguien se había detenido para anudarse las agujetas. A veces él mismo se preguntaba cómo aún no había sido envenenado por un estudiante.

—Chicos, ustedes más que yo saben de la importancia de esta eliminatoria —dijo haciéndoles clavar sus ojos de inmediato en él— Por tres años consecutivos hemos representado a la Seúl en los juegos intercurso nacionales, espero que esta sea la cuarta.

—Sí, capitán —respondieron los jóvenes al unísono.

—Bien, calienten con una partida —desvió la mirada a su silbato y señaló a un par que lucían ligeramente mayores— SungJae e IlHoon ustedes serán los líderes. Armen sus equipos —pitó y se dio la vuelta releyendo la tabla de anotaciones bajo su brazo.

—¿Eh, profesor? —llamó tímidamente SungJae haciéndole girar sobre sus tobillos— No estamos completos... —murmuró— falta HongBin.

—Pues alguien tendrá que esforzarse por dos hoy, ¿no crees? —alzó la ceja y regresó la mirada a sus apuntes con desinterés.

—Sí, sí.

Las suelas y el balón comenzaron a resonar iniciando la práctica. De pie a orillas de la cancha observaba seriamente sus movimientos, anotando en silencio sus fallas o aciertos. Pese a su severidad no le gustaba humillarlos resaltando sus equivocaciones frente a los demás.

A las afueras del gimnasio techado escuchó varias voces atropelladas y las órdenes estoicas del viejo conserje.

—Vinimos a hablar con Jung TaekWoon —escuchó entre el bullicio lejano— No, no me importa que esté ocupado, ¡vinimos a verlo! —exclamó haciendo detener el juego. TaekWoon se acercó a ver qué demonios pasaba— ¡Llame al director si le da la gana, pero no me pienso mover! —se escuchó más alto, haciéndole detener de impresión.

—¿Qué es ese griterío? —cuchicheó un jugador. Las puertas se abrieron con ímpetu, entrando a tropel un grupo de chicos seguidos del abochornado conserje.

—¿Capitán? —balbuceó SungJae. TaekWoon miró igual de desconcertado a sus chicos. Sacudió la cabeza y pitó haciendo un ademán para que siguieran la práctica.

—¿Quiénes son ustedes? —se cruzó de brazos con sorna— Oh, no, ya vi. El raperito malo y mi ex delantero —sonrió negando con la cabeza. HakYeon, quien lideraba al quinteto frunció el ceño.

—Capitán, quisiera hablar con usted, por favor —pidió HongBin con una respetuosa reverencia. Lucía afligido.

—No tengo nada más que hablar contigo, Lee —replicó con severidad. HongBin asintió lentamente mirando al piso— Sabes muy bien cuál fue tu error.

—S-Sí, pero, capitán... —balbuceó. HakYeon turnó su mirada a ambos y apretó los dientes.

—Soy el hyung de HongBin, mucho gusto —interrumpió estirándole la mano, siendo rechazada en el aire— Me encantaría saber cuál razón de peso tiene para expulsarlo del equipo —el rubio entornó los ojos.

—¿Hacer trampas para el proceso de admisión de un aspirante no es una razón de peso? —burló.

—No, ciertamente no lo es —le sonrió forzadamente HakYeon. HongBin con una seña quiso alejarle de allí, porque sabía que estaba a dos intercambios de palabras de romperle la cara.

Veinte Puntos (WonTaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora