Glory box

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Todoroki perdio la apuesta de ver quien aguantaba mas tiempo la respiración bajo el agua, así que Katsuki le pidió la cosa más rara del mundo, para empezar ¿Quién era Red Robin? ¿y por que usaba esa especie de medias de licra? Más importante aún ¿por que tenía que usar un masturbador enfrente de su novio?

-Katsuki ¿en verdad...?

-Si, adelante, cumple con la apuesta.- Sabia que no debía haber aceptado ese estúpido juego, pero bueno, era orgulloso al igual que el rubio y tampoco iba a dejar de cumplir con su palabra, así que para hacerse las cosas más fáciles, cerro los ojos. Al mal paso, darle prisa.

Primero utilizo el bo que venía con el traje, traje del cual tenía la duda acerca de donde demonios lo había sacado su novio, seguro que de internet, pero bueno, lo puso entre sus piernas y comenzó con movimientos circulares y simulando que penetraba... que penetraba a...

-Katsuki...

El nombre dicho en un suspiro hizo que el cuerpo del mencionado se calentara, quiso unirse al medio pelirrojo, pero decidió aguantar un poco más. La erección de Shoto comenzó a notarse sobre la tela mientras más se frotaba contra el bo. Bakugo no perdía detalle de los labios rosados y entreabiertos de su pareja, de como el rubor comenzaba a extenderse por sus mejillas y como su cabello se mecía al son de sus caderas y mando al diablo el autocontrol, se trepo a la cama y sin miramientos bajo la licra (por que había hecho que Shoto usara el traje sin ropa interior), tomando el pene erecto entre sus manos y acariciándolo. Shoto abrió los ojos, el placer tiñendo su mirada.

-Me aburrí de solo verte, ahora, te pondré lubricante.- Acostó a su amante sobre su espalda lo que le dejo espacio para estirarse hasta la mesita de noche y abrir el cajón del que saco una pequeña botella para abrirla y dejar caer un pequeño chorrito sobre el glande que hizo que Todoroki se estremeciera al sentir el liquido frio contra su caliente erección, sensación que fue olvidad cuando el rubio comenzó a colocarle el masturbador de silicona transparente que les permitiría ver todo sin perder detalle.

Katsuki comenzó a mover el juguete que hacía ruidos obscenos de chapoteo mientras se recargaba sobre el y se comía su boca a besos, lamiendo sus labios para después morderlos con sensualidad.

-Me gusta verte así- susurro con candor al separase un poco, Shoto sonrió.

-¿Dominado?- pregunto entre jadeos.

-Si, pero solo por mi.-

El rubio aumento la velocidad y el orgasmo llego, apabullante, intenso, en oleadas de placer que le recorrieron el cuerpo de los pies a la cabeza. Shoto de verdad se arrepentía de caer en los juegos de su novio.


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