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Carolina quedó perpleja por el actuar del chico,su cabeza daba mil vueltas que tal si lo lastimó más, o si sufría de alergia y por ese mismo motivo él no se curaba sus propias heridas, miles de dudas y lastimosamente ni una sola respuesta rondaba la mente de la morocha.

El timbre sonó indicando que debería ir a su clase, ella se decidió a salir, antes que la manada de jóvenes se empujaran gritaran y atropellaran a todos, ahora tenía clase de comunicación social, no entendía mucho de la materia, pero ponía su máximo esfuerzo en ello.

La morocha caminaba
des concentrada, iba tan perdida en sus propios pensamientos que se choco con una mujer, poco menos de 30 años, bastante bonita con un cabello rubio tenido y con ojos celestes penetrantes, muchos la consideraban la profesora más deseada y la mujer más bella que piso el instituto, pero hoy nadie habló de ella, ni siquiera la mencionaron, la atención de todos los estudiantes y profesores estaba puesta en la nueva compañera.

La profesora miró con desprecio a Carolina, ella se robó su atención, y no piensa perderla por una colegiala de cuarta, la rubia dió un paso para atrás provocando que todas las cosas de Carolina y ella se caigan al piso, sintió que alguien la sostuvo de la cintura y la ayudó a levantarse, no vio quién era pero por los brazos supo que se trataba de un varón, la misma persona levantó todas sus cosas, en ese preciso instante todos quedaron viéndonos en un silencio absoluto e incómodo.

Las miradas de los demás, se encontraban descaradamente en él y ella, en la forma que él la ayudó, en la manera en la que sus dedos rozaron la magia que traspaso todo. En la tierna manera que ella observo su detalle, supo o supuso que la avía perdonado por ser tan importuna o muy entrometida.

- gracias - susurro Carolina ingresando al aula y las miradas se fueron mientras los alumnos iban ingresando al aula e un murmuró general. Cuando casi todos ingresaron Agustín miro para todos lados asegurándose de que se encontraran solo él y su profesora.

Él morocho se acercó peligrosamente a Barbara, su coqueta y estúpida profesora causando un escalofrío en el cuerpo de la rubia, se acerco un poco mas y bajo sus labios a la altura de su oído - no te quiero cerca de ella, no le vuelvas a hacer daño o de verás conocerás quien soy- le advirtió Agustín, le dio un corto beso en él cuello para provocarla y dejarla caliente como una olla.

Ingreso al aula fulminando con su miradas a sus compañeros, camino de manera lenta hacia el fondo, su lugar seguro en la última silla, al darse cuenta la morocha a la cual protegía sin razón alguna se encontraba en él penúltima asiento, delante de él.

Primer error

Apenas se sentó su aroma a vainilla lo envolvió y no llevo al recuerdo de ella, a quien juró olvidar y nunca logro, maldijo en sus adentros, esos risos rojizos que caían como cascada sobre su hombro, esa mirada fuerte y venenosa, sus penetrantes ojos verdes agua que era como dagas cargadas de maldad. Todo vino a si mente, los pocos días felices y todo en gros en en que se pinto su vida después de su partida.

Se suponía que ella estaría en su vida para siempre, pero no o hizo, se fue en la primera oportunidad que tuvo. A ese tipo de personas no se les puede llamar madre, ella era todo par ese nene ingenuo de apenas 10 años, pero así fue, ella lo dejó por el primer hombre que se le cruzó.

Sufrió, con su partida.
Sufrió, al ver y oír a su padre llorar.
Sufrió, por la nostalgia de lo que fue. . . y sufre por la melancolía de lo que podría a ver sido.

Todos nos preguntamos que podría haber sido si elegía otro caminó, si otro fuera mi destino. Nadie elige que familia le toca, no se puede elegir él sexo, ni él nombre, pero si podemos elegir quien queremos ser, como y cuándo.

Cada uno es el dueño de su propio destino, cada que saber que camino tomar para llegar.

Agustín se pudo equivocar un  millón de veces y sus decisiones no son siempre correctas, pero en en fondo, muy en el fondo de su corazón, sonó es un niño frágil pidiendo a gritos un poco de amor, cariño, comprensión y sobre todo alguien que se quede a su lado....

Un papel sobre su banco lo saco de sus muy dispersos pensamientos, lo vio, la hoja no tenía una arruga, sus bordes estaban llenos de dibujos de flores y corazones de todos los tipos y colores que se le puedan cruzar, por la cabeza, en papel se encontraba escrito en color rosa...

Gracias, por todo.... Perdón por lo de las mando, yo sólo te quería ayudar,pero fui una ingenua.
No te quise lastimar, solo intente ayudar.
Tu gesto al recoger mis cosas y ayudarme a levantarme me encanto, se nota que dos buena persona...
Me llamó Carolina, y ¿tu?

Segundo error

Agustín leyó él papel detenidamente, era evidente que era nueva e inocente, le pareció tierno y lindo se quiso dar una paliza descomunal por él sólo hecho de que ya le parece diferente, tomo un papel, y con su única lapicera, negra,.se decidió en contestarle.

Soy Agustín, Agustín Bernasconi.
No soy lo que piensas, soy un mal ejemplo, es mejor que te alejes de mi si no quieres hundirte, soy como un agujero negro, puedo desparecer todo lo bueno en un segundo.

Arrojo la carta, esta callo sobre en regazo de la morocha, al darse cuenta de que era la respuesta del misterioso morocho, la agarró con emoción, pero cuando estivo apuntó de abrirla.......

Mi Pequeña Salvación™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora