Él y su mania de no quererme

Pasado pisado

Después de todo quedamos como buenos amigos, las bromas sobre lo que vivimos nunca faltan y me hacen sentir mejor de lo que deberían.

Supongo que ganar un amigo de esta manera lo hace aún más genuino y especial (y vaya que lo es).

Sigue teniendo ese brillo especial en los ojos, esa carisma tan especial, aún tiene grabado el sarcasmo muy dentro de él y lo saca cuando más indefenso se siente.

Sigue siendo la misma persona que me pegó con el balón aquella vez, sigue siendo el chico especial que conocí.

Lo quiero pero no como antes, ahora es alguien que dejo huella en mi vida, en mi ser. 

Pasado pisado, dicen por ahí, y les creo. Más
que a nada.