Tres.

10.2K 707 261
                                    


Estaba sentada en el jardín cavando para plantar las nuevas flores que mamá había comprado recientemente. Eran hermosas, sencillas, pero hermosas.

—¿Qué tan profundo, má?— pregunte con el overol sucio de tierra.

Ella respondió desde el otro extremo del jardín también vestida con nuestros overoles de trabajo —No tanto, mi vida.

Mamá, papá y yo teníamos la costumbre de comprar cosas a juego, o cuando no vestíamos igual, usábamos alguna prenda para que todo aquel que nos viera se diera cuenta que estábamos juntos, así mismo con los overoles verdes con una enorme flor amarilla en medio. Esos eran los que mamá y yo estábamos usando hoy.

La miré cortar las hojas secas a la distancia, se veía tan bonita, como un ángel. Mi madre era muy hermosa. Y hoy también, con su suéter blanco, traje verde, a pies descalzos y un sombrero de paja; yo también estaba vestida igual. Estábamos esperando a papá, pero tenía media hora de retraso y tampoco había llamado, así que luego de plantar las flores, regarlas, nos sentamos en pórtico en una silla colgante que papá había hecho para pasar la tarde en familia.

Mi mamá me tendió un panecillo con un pocillo de capuchino.

—Gracias, mami— le agradecí un besito en la mejilla

—De nada, corazón— ella me regalo una de sus tan hermosas sonrisas —¿Qué quieres cenar hoy?

—¡Pizza y donas y helado!— Chillé feliz.

Mamá se echó a reír.

—Nena, eso es bastante azúcar por hoy— Murmuro acariciándome el cabello mientras mirábamos las estrellas —Tienes que elegir entre las donas o el helado.

La miré haciendo un puchero —Por favorcito... todo...

—Jane, nena, eso no le hará bien a tu cuerpo— Explico dulcemente.

—Preguntémosle a papá— Exclamé animada.

—No, señorita, sabes que él te dirá que si—masculló limpiando las migajas del panecillo de mi ropa.

Luego de un largo rato mamá miró por milésima vez su reloj.

—Se está tardando papá— Susurré en medio del silencio de la noche.

—Sí, pero seguro es el tráfico, hoy es viernes así que la ciudad siempre es un caos— Dijo tranquilizándome, pero su expresión no era tranquila.

Mamá estaba inquieta que por mucho que me abrazara y acariciara, su cuerpo estaba tenso, acerque mi cabeza a su pecho y note su corazón latir rápido. El ambiente ya no era lindo, era intranquilo y tenso.

De repente el teléfono de casa sonó, nos levantamos de un salto y mamá se abalanzo a el.

—¿Cielo? ¿Ya vienes?— Soltó ella con rapidez nada mas contestar.

—¿Señora Thompson?– escuché que decían a través ser Teléfono.

—Sí, ella habla— Respondió apretando el teléfono —D-discupe, pensé que era mi esposo...

A este punto yo también estaba preocupada, papá tenía casi tres horas de retraso y aun no nos llamaba desde esta tarde. Un jadeo me hizo ver a mamá con atención y notar como su cara se ponía pálida y su mano a temblar. La cara de mamá se distorsiono con horror y empezó a negar repetidas veces mientras la persona a través de la línea seguía hablando.

–Mamá... ¿qué pasa? ¿Qué tienes? ¿Quién era? ¿Qué quería?– teníá tantas preguntas en mi cabeza que apenas podía entender que estaba pasando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Stay with me [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora