「Único」

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Aquella mañana cogí el autobús, necesitaba salir y ver la ciudad, sentir el fresco de la mañana, el rocío cayendo sobre mi piel, el sol tímido escondido entre las nubes.

No podía pensar en otra que llegar hasta algún punto que llamara especialmente mi atención, simplemente lo necesitaba. Llevaba apenas un par de semanas en Seúl, y la ciudad simplemente me ofrecía: gente, movimiento, rascacielos, comercios,....Cosas que otras ciudades ya me habían dado, sin embargo Seúl tenía algo distinto. Vaya que si lo tenía...

Me senté en el asiento más pegado a la ventana, observé, atenta, ansiosa a que algo me llamara para bajar en la dichosa parada. Ni siquiera era consciente del tiempo estando allí, simplemente necesitaba algo para sentirme viva. Enfrente de mi los asientos yacían vacíos, y esperaba que fuera así hasta el final de mi trayecto.

Un pequeño parque despertó algo en mí, sentí las cosquillas efervescentes en mi corazón, en mi estómago. Pero estas desvanecieron al instante, simplemente era un bonito parque. Seguí observando, obviando las personas que viajaban de pie, a mi lado sentadas, detrás o delante. Nada existía para mí, sólo entonces advertí el gran freno que el autobús hizo. Las personas se agitaron al instante y miraron al conductor, tan exhausto como nosotros. Un semáforo mal visto o muy rápido. La siguiente parada se desvió a la derecha. Las puertas se abrieron cerca, me había colocado en un lugar muy estratégico, y entonces, como sintiendo la llamada él entró. Llevaba una gorra puesta, posiblemente para ocultar su rostro, una sudadera deportiva dejaba entrever sus veintipocos años. Sus ajustados jeans y sus zapatos acababan dicho look. Pasó su teléfono con rapidez por el lector y sin ni siquiera mirarme tomó asiento frente a mí. No podía dejar de admirar aquella criatura, algo en aquel hombre me estaba diciendo que le observara. Mi pecho empezó a agitarse tanto que sentí que en algún momento me podría oír. Expiré profundamente sin dejar de mirarle y sólo entonces levantó la vista. Una simple mirada hizo que ambos nos quedáramos mirando varios segundos. A partir de entonces sólo podíamos mirarnos. Él se dejó caer en el asiento, ladeó un poco la cabeza y siguió observando. Sintiendo nuestra corriente, que penetraba en todo nosotros quitó su gorra de la manera más lenta y sensual que he visto nunca, varios de sus cabellos cayeron en la frente, revueltos, al igual que en el resto del cuero cabelludo. Se ayudó con su mano, deslizando hacia atrás para dar orden a tanto caos, pero para caos el que había en mí en aquel momento. El mundo que acostumbraba a ver hacías unos segundos quedó abandonado por aquella criatura, sumamente seductora. Respiraba, respiraba tan pausadamente que me hizo imitarle, encontré en sus ojos aquello que tanto me maravillaba, una magia que me transmitía y llegaba a mí ser y me hacía desearlo cada vez más dentro.

Sin darnos cuenta el autobús paró de nuevo, él despertó de aquel sueño siniestro y extremadamente dulce, giró la cabeza y al reconocer su parada se levantó y salió por la puerta, lo seguí hasta allí, no podía moverme

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Sin darnos cuenta el autobús paró de nuevo, él despertó de aquel sueño siniestro y extremadamente dulce, giró la cabeza y al reconocer su parada se levantó y salió por la puerta, lo seguí hasta allí, no podía moverme. Simplemente me quedé hierática, esperando a que diera media vuelta y volviera, pero no...Con la poca fuerza que conseguí advertí cual había sido su parada, y poseída por algún Dios digno de la escritura saqué mi cuaderno y comencé a escribir una carta, una carta que pensaba usar.

"JIN" [The Seduction Boy] ONE-SHOT (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora