La verdad era que todos esos rumores eran ciertos, al menos una parte de ellos.
El chico con el que lo habían visto ese día, era en realidad su primo a quien no veía desde hace tres años y había regresado a su hogar. Claramente la falta de empatía, de verificación de los hechos y de comunicación, le había jugado una mala pasada. Minutos después de esparcido el rumor cual plaga, no le dio tiempo ni de pestañear antes de ver su vida privada en boca de todos.
La otra verdad era que Gabriel si gustaba de los chicos, pero ello no implicaba que le gustaran todos los chicos que veía, era como cualquiera, solo se enamoraba.
Como cada jueves, tenía una media sonrisa en el rostro al poder asistir a clase de retórica, una de sus más grandes pasiones y a la que había decidido dedicarle la vida. Soñaba con ser un famoso escritor y poeta, imaginándose escribiendo versos que encantaran hasta a los corazones más fríos, palabras y escritos dignos de ser dedicados a los dioses para su deleite, tan encantados que quisieran inmortalizar esas frases en el cosmos. Era un sueño bastante presente en su vida, uno que ni siquiera los años, había podido quebrantar la voluntad de ese chiquillo de 12 años que lo comenzó en una primavera.
Mientras guardaba sus libros sintió una mirada sobre él. Por instinto se giró disimuladamente y sintió un escalofrió recorrerle todo el cuerpo al notar que Norman, uno de sus compañeros, le miraba fijamente. No pudo descifrar lo que significaba esa mirada, pero logro intuir: peligro.
A paso rápido salió del lugar, comenzando el camino hacia a su casa, con una chaqueta negra delgada, que a medida que pasaban los segundos, se iba pegando al cuerpo, por la fuerte lluvia que lo mojaba sin piedad.

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Debajo de la piel
Подростковая литератураEl maton de clase quiere golpear al chigo gay? No es algo tan cliche! Descubre el transfondo de la historia de Gabriel y su encuentro con Norman