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Me gusta venir a sentarme a la butaca del patio trasero de la casa. Ver como mis niños corren por el llano y saltan a los hombros de mi esposo. Él los atrapa en el aire, mientras les da besos en las mejillas. No puedo esperar para encontrarme con ellos en el otro mundo y volver a ser la familia feliz que alguna vez fuimos. 

Historias Cortas De TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora