Amir

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Abrió los ojos y se encontraba en una especie de valle, desorientado y sin recordar cómo había llegado allí. A ambos lados se alzaban dos montañas, una más imponente que la otra, y al fondo se observaba un cautivador campo de aguacates, cuyos frutos colgaban como joyas verdes entre las ramas. Aparte de estos elementos, solo se veía un sencillo camino por donde se encontraba. Aunque la escena le resultaba familiar, estaba seguro de que nunca antes había experimentado ese lugar.

De repente, un ser, entre enano y liliputiense, apareció en medio del camino en el que se encontraba Landon, a este por poco le da un infarto. Landon no podía creer lo que estaba viendo, pensaba que se había vuelto loco y ya no sabía si estaba soñando o si era real que un ser diminuto estuviera enfrente hablándole. Este "elfo", por llamarlo de alguna forma, dijo que Landon era el elegido para salvar su mundo, Garzonía. Le dijo que tenía que conseguir un goldring, que en aquel mundo era un arma que solo unos pocos podían blandir. Podía ser cualquier cosa, desde una cuchara hasta la espada más grande. Estas armas eran mortíferas si se usaban como se debía, pero Landon no tenía mucha experiencia con ese tipo de armas así que el elfo tendría que enseñarle.

Cuando el enanito acabó el largo monólogo, Landon seguía con la misma cara de confusión que en el momento que había visto ese extraño ser. No había entendido ni una sola palabra de lo que le había dicho. Pero aun sin decir nada, el elfo sonrió y dijo: Tranquilo, ya lo iras entendiendo.

Fueron muchos los meses que Landon pasó junto al elfo, al cual había apodado como Amir, ya que Amir era un nombre de origen persa que significaba "mensajero", esto lo aprendió en la escuela el día en que se peleó con su mejor amigo, parece ayer y tan solo eran unos niños, pensaba Landon..., y no sabía por qué pero este nombre le pegaba bastante. Parecía que al fin y al cabo sí le había servido de algo todas esas clases que tan aburridas le parecían.

Poco a poco Landon se sentía cada vez más diestro con las armas, consiguió aprender mucho en poco tiempo y esto le hacía sentirse bien, se sentía más útil que nunca, no recordaba la última vez que había estado tan feliz, pero algo dentro de él sabía que esa sensación era efímera, y que volvería a convertirse en el que fue una vez hacía....no sabía cuánto tiempo, pero tampoco era necesario para él saberlo.

Un día Landon se encontraba charlando con Amir, sobre ese mundo mágico tan increíble en el que Amir vivía, cuando el elfo le preguntó si le gustaba su mundo real. Landon solamente contestó: Prefiero Garzonía. Amir sabía perfectamente el porqué de su respuesta pero prefirió dejar el tema.

Los monstruos de LandonWhere stories live. Discover now