Siempre es de Noche.

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Eran las 6:35 de la tarde en Inglaterra y Liam estaba sentado en una banca del parque como acostumbraba.

Siempre se sentaba ahí para reflexionar, escuchando los pasos de las personas y sus voces. Sí, escuchando.

Liam es ciego de nacimiento, pero a pesar de eso no perdía su buen humor. Por supuesto, tuvo su época oscura.

Cuando era un adolescente, maldecía al mundo e intentó suicidarse, porque ¿de qué sirve la vida si no puedes ver lo que hay en ella? Mas ahora, a sus veintidós años, ya estaba mejor; o eso decía él a las personas.

Lo cierto es que dentro de sí llevaba un gran vacío en su interior, una tristeza profunda como el mismo océano.

Suspiró sonoramente, escuchando a los pájaros trinar desde un árbol. Le gustaba su canto, lo tranquilizaba y lo llenaba de una paz inexplicable.

Esa era la razón por la cual regresaba todos los días a ese parque desde que tenía diez años. Los pájaros que habitaban ahí tenían el canto más dulce que él jamás había escuchado.

Sólo sonreía cuando esos pajarillos cantaban y silbaban.

De pronto, escuchó los pasos de una persona acercándose, después, escuchó cuando se sentó junto a él. Sientió el calor que irradiaba el cuerpo de aquella persona en su piel, provocando que su corazón se acelerase. Entonces, la persona habló.

-Buenas tardes. -Dijo una voz masculina.

Entonces se trataba de un hombre, pensó Liam.

-Buenas tardes. -Contestó él.

El hombre lo estaba mirando, podía sentirlo. El hombre estaba extendiendo su mano hacia Liam, en señal de saludo, gesto que Liam no pudo ver. El desconocido bajó su mano, incómodo y miró hacia el horizonte. Aclaró su garganta y volvió a hablar.

-Los atardeceres son hermosos, ¿cierto?

Liam sonrió tristemente y suspiró otra vez.

-Eso he escuchado. -dijo,- Pero no podría asegurarlo, puesto que soy ciego de nacimiento.

El hombre abrió los ojos sorprendido y bajó la mirada avergonzado.

-Lo siento mucho, no tenía idea de que usted- -Fue interrumpido por Liam.

-No, no te discupes. Soy Liam, por cierto.

-Yo... Yo soy Zayn. -El chico tomó la mano de Liam en la suya y la estrechó con suavidad.

El contacto hizo que Liam se estremeciese. El calor en la mano de Zayn se sentía tan bien, lo hacía sentir tibio por dentro. Zayn estaba sonriendo, mirando a Liam fijamente.

Era guapo, no había dudas de eso.

La manera en que sus cabellos café oscuro hacían juego con sus ojos en el mismo tono era fascinante. Su piel pálida que contrastaba divinamente con sus rojos labios, la forma en que estos se curvaban cuando Liam sonreía. Todo parecía tan perfecto.

Entonces Liam se encogió de hombros y una mueca de timidez se alojó en su rostro.

-Disculpa si suena extraño pero... ¿puedo tocar tu rostro? Es que de esta manera podré sabe- -Liam dejó de hablar, cuando sientió que las manos de Zayn lo dirigían a su cara.

Liam sonrió y acarició cada parte del rostro de Zayn lentamente, apreciando cada rasgo de este. Palpó con suavidad, hasta que hubo grabado cada facción en su memoria.

-Eres hermoso... -Susurró sin querer. Sintió como la sangre subía a su rostro por la vergüenza.- Pe-Perdón, yo no-

Zayn rió y besó las manos de Liam.

Siempre es de Noche | Ziam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora