Llegada

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( BECA PDV )

Salí del aeropuerto, eran las 8 p.m, por fin estaba en Georgia después de 4 horas de vuelo. Cogí un taxi que me llevó hasta un motel, dentro de 2 días empezaba las clases en la universidad de Barden. Al llegar a la habitación dejé mi equipaje; mi maleta con mi ropa, mi mochila y mi pequeño maletín en el que guardo mi ordenador y todo mi equipo de música, sin él estaría perdida, me ayuda a aislarme un rato de la gente, y del mundo.

Me senté en la cama y automáticamente noté un movimiento muy desagradable en mi estomago, sí, tenía hambre. No comí nada antes de subirme al avión, y la única comida que ofrecieron en el vuelo podría haber salido de cualquier sitio menos de una cocina, así que preferí ahorrarme un lavado de estómago y rechacé "el menú".

Bajé a la calle y me acerqué a una cafetería que había en la esquina a una manzana de donde yo me alojaba. Era un local pequeño, con varias mesas redondas pequeñas y sillas bajas, excepto dos mesas que estaban rodeadas de sofás, pegadas al cristal. La luz que iluminaba el lugar era suave y cálida. A la izquierda se encontraba la barra y la puerta de la cocina.

Abrí la puerta y entré acompañada del tintineo de una campanita. Decidí sentarme en una de las mesas con sofá, y coloqué mi ordenador.

Enseguida se acercó la camarera a tomarme nota, no la presté atención, estaba muy concentrada en un remix que empecé en el avión, tenía puestos los cascos. Ella me llamó 2 veces pero no la escuché hasta que sentí una mano tocar mi brazo:

-Disculpa, ¿puedo tomarte nota?

Pausé la musica y me quité los cascos -Claro sí, perdona- subí mi mirada de la pantalla del ordenador a sus ojos.

WOW. Recorrí su rostro rápida, pero cuidadosamente, para memorizar su cara, por la que caían mechones ondulados rojizos. Sus ojos, grandes, delineados por numerosas pestañas, de un azul cristalino y eléctrico. Por no hablar del cuerpazo que tenía porque, madre mía, vaya t-

-¿necesitas más tiempo para decidirte?- me preguntó extrañada. Me había quedado embobada mirándola demasiado tiempo, pero no me di cuenta.

-si, o sea no...ehm... yo...perdona...ehh...-no podía ni hablar, patético- un café solo... con hielo por favor- conseguí decir, todavía demasiado nerviosa.

soltó una carcajada en bajo- enseguida te lo traigo-se alejó a la cocina.

Dios, ¿Qué me había pasado? no había sido capaz de articular una frase coherente, seguramente habrá pensado que tengo algún tipo de problema, que vergüenza...

Por y para siempre.Where stories live. Discover now