Por y para siempre.

Mírame a los ojos

-¡Sabes cantar!- exclamó sorprendida

conseguí reaccionar y me arrinconé contra la esquina de la ducha y me medio tapé con las cortinas

-¿¡tia, qué coño haces aquí!?-estaba temblando.

-tienes que venir a las audiciones de las Bellas, ¡será divertido!-

Empezó a contarme algo de una de sus actuaciones, no la escuché, intentaba esforzarme lo máximo posible en mirarla a los ojos o a cualquier otro lado menos e ignorar el hecho de que estaba completamente desnuda frente a mí... hizo un movimiento brusco con su mano y sin querer tiró mi esponja y el jabón al suelo de la ducha.

-oh genial, vaya momento para esto...- pensé.

me agaché cuidadosamente a recoger mis cosas. No fue provocativamente, fue más bien al revés. Intenté hacerlo lo menos erótico posible y resbalé, cayendo de culo.

-¿estás bien?- se preocupó.

-si, si... tranquila...- mascullé.

Estaba de espaldas a ella. De repente note unas suaves manos rodeando mi cintura y empujando hacia arriba, intentando ayudarme. No podía soportarlo, el roce de su cálida piel con la mía, que era más bien fría, me estremeció, y solté un pequeño gemido. El ambiente se volvió denso y se respiraba la vergüenza, quería que la tierra me tragara. Ella tan solo se rió, y yo me levanté con su ayuda, todavía muy sonrojada.

-me encanta esa canción. Es mi preferida...para cuando...me masturbo...- a cada pausa que hacía se acercaba un paso más a mi, lo cual me ponía más de los nervios. Seguía de espaldas a ella. Se acercó a mi oído, noté su respiración en mi cuello, el resto de su cuerpo estaba a milímetros del mío.

-esa canción me pone...pero me pone más... que la cante alguien... que me atrae...- susurró en mi oído. Terminó su numerito con una sonrisa pícara y se alejó.

Me temblaban las piernas y creo que estaba roja hasta el cuello, tenía miedo, pero no por ella, sino por mí.

-quiero que cantes esa canción- pidió descaradamente.

-¿¡qué!? ¡¡no!!- hasta me temblaba la voz.

-¡no para eso! ahora no...¡ venga! no voy a moverme de aquí hasta que no cantes- contestó orgullosa.

Después de 10 segundos mirando a la pared, pensando cómo salir de esta situación, me rendí. Me giré hacia ella, haciendo una mueca de incomodidad, tapando mis pechos con mis brazos. Ahí estaba ella, mirándome fijamente a los ojos, echando miradas intermitentes a partes inferiores.

Respiró hondo, y yo suspiré desesperada por salir de allí, y la única forma de que ella me dejara en paz era cantar la maldita canción.

Mientras cantábamos al unísono, quedé hipnotizada por su dulce voz, no podía dejar de mirar sus labios. La miraba a los ojos de vez en cuando, los cuales ella tenía clavados en mí. Sería demasiado cursi decir que sentí mariposas en el estómago, pero joder, ¿qué era si no?
Cuando terminamos de cantar, ella sonrió satisfecha y me contagió.

Llevaba evitándolo todo el tiempo, y excepto unas 3 o 4 veces, no bajé mis ojos de sus clavículas, pero esta vez... quizá me pasé porque fui rápidamente desde sus rodillas hasta sus labios... incluyéndolo todo.

Cuando me encontré de nuevo con sus ojos, la vergüenza volvió a inundarme y aparté mi mirada de la suya, por culpabilidad, ella entendió lo que quería decir.

-ah bueno sí... nunca me he avergonzado de mi cuerpo...-admitió sinceramente.

-tienes motivos...- susurré agachando la cabeza avergonzada.

-tu también los tienes...-

-Beca- interrumpí muy nerviosa por la respuesta que ella iba a decir.

-vaya... o sea que después de estar totalmente desnuda, si te intereso lo suficiente como para decirme tu nombre...-dijo acercándose burlona hacia mí.

-entonces para que me digas tu apellido ¿tendría que...?-

el sonido de las cortinas de la ducha de al lado interrumpió la conversación. Genial, era otra vez el estúpido ese asomado a nuestra ducha.

-Bonita voz- dijo mirándome de pies a cabeza.

Ugh por dios qué asco, le lancé el "gracias" más desagradable que tenía.

-ups!-dijo chloe- te veo en las audiciones...- me dio mi toalla y se pasó a la otra ducha.

-¿Wtf acaba de pasar?-pensé muy confusa.

...

Decidí presentarme a las audiciones.

Cuando llegué estaban todos cantando para las pruebas, y cómo no, empecé a agobiarme.

Oh joder, pero ¿qué estoy haciendo aquí?- pensé.

Fui hacia la puerta de salida, la abrí, pero antes de poner un pie fuera, recordé a Chloe, mi cara cambió, todo cambió, el agobió se fue por la puerta abierta, y al final, me armé de valentía y pasé hacia el escenario. Era la última, es más, no esperaban a nadie más e iban a cerrar las audiciones.

-Llegas tarde- soltó bordemente la rubia, Aubrey creo que se llamaba.

Me había entretenido mucho pensando si debía entrar o no, por eso llegué tarde.

-No sabía que había que prepararse esta canción,¿ puedo cantar otra?- pregunté nerviosa.

-¡claro!- contestó alegremente la pelirroja. Aubrey sólo resopló cansada.

cogí un vaso amarillo que tenían en a mesa, el cual utilizaban para colocar bolígrafos y lapiceros, y canté una canción inventada, que escribí hace no mucho.

Llevaba una camiseta demasiado escotada para mi, he de admitir. Encima, me senté en el suelo.

Miraba la cara de chloe constantemente, pero noté que en numerosas ocasiones, ella no me miraba a los ojos precisamente... Eso me hizo ponerme aún más nerviosa, pero por suerte cuando me di cuenta quedaban unos pocos segundos de la canción y no la cagué como me temía. Ahora parecía ella la que tenía problemas de autocontrol...