La semilla

I

La noche llegó rápidamente, era un paisaje increíble, la luz de la luna tomaba forma sobre un bello río que se veía atrapado en una fertil pradera llena de flores silvestres. Ella parpadea y vuelve a su realidad, estaba acostada tratando de escapar, intenta calmarse, pero un ruido sobre su habitación se lo impidio, dispuesta a descubrir que era, salió de ella, pensó que podría necesitar ayuda, vío muy lejos la habitación de sus padres, demasiado lejos, a cada paso que daba se alejaba tres metros, llegando a quedar atrapada cada vez más, llegando a estar en la mera oscuridad, una voz lejana, la hizo reaccionar: -Sí quieres saber quien soy, entonces conmigo debes vivir un juego-.
Ella intento respirar y penso: "Solo debe ser un sueño, debo salir de aquí, ¿quizas si me pellizco?" pero la sombra adivinando sus ideas la tomo por su hombro y le susurro amargamente: -Si crees que es tan sencillo, yo lo hago por ti (presionando su columna como intentando arrancarla) que te parece aún no despiertas, ¿ó si?-.
La tira hacía un rincón y ella logra entender algo, este lugar no es infinito, tiene limites y si los tiene debe haber una salida.
Se levanto y frente a ella había una luz, al tomarla con su mano pudo abrir una puerta, pero lo que vío adentro la haría cambiar sus ideas, sobre la cama vío a sus padres comiendo la carne el uno al otro sin razon aparente, en el fondo se podía ver a la sombra filmando todo con una videocamara, pero esta tenia algo diferente, ahora se parecía a ella, en especial en la boca, allí eran idénticas, se llevo las manos a la cara, y, notó porque no había podido pronunciar ni la mas minima palabra, ella no tenía boca, esa era ahora parte de la sombra, y en ella solo se veía una sonrisa de lo mas siniestra, la sombra se acerco lentamente, y ella pudo sentir como algo la obligaba a irse hacia atrás, pero sin ser tocada.
Nuevamente se vío en ese cuarto, pero ahora eran tres luces: una arriba, una abajo y una a la derecha.
No eran simples luces, eran ojos, eran manos que la jalaban, la lastimaban, era su mente que la tenía encerrada y quería que ella saliera, pero mas la atrapaba en esa oscuridad, sin saber quien era, sin entender que pasaba, algo rondaba su mente: "¿Quién es real?, ¿la sombra ó yo?, ¿cómo hace para saber que pienso?". A pesar de tantas dudas, había algo seguro, el premio debía ser la libertad y ella no dejaría que la sombra ganara.