Tiempos de desencuentro

Juego de miradas

Kimberlly y Castle llegaron a casa del amigo de esta y llamaron a la puerta. Al otro lado de ella Javier no podía ir abrir porque estaba ocupado con un colega para ver quien se bebía la ronda de chupitos de tequila más rapido mientras los demás miraban y les animaban, asi que le tocó a Kate ir abrir...

Cuando sus ojos verde avellana seencontraronón con el azul impecable del, una sonrisa inocente salió de ambos, pero cuando Kate vio a la otra chica su sonrisa se esfumo y se hizo a un lado dando a entender que pasaran. Castle se dio cuenta de lo rapido que quito su hermosa sonrisa y quiso hablarle pero Kimy le pilló por sorpresa...

-¡Hola! Soy Kimberlly pero puedes decirme Kimy, soy amiga de Javi. Tu debes de ser Kate ¿verdad? javi me habla mucho de ti-le dio dos besos para presentarse.

-Si, soy Kate, Javier también me habló de ti, encantada de conocerte por fin-le dedico media sonrisa.

-Lo mismo digo querida, ¡Oh!, este es Ricky mi...

-un amigo-intervino él

A Kimberlly le molestó que la presentará como su amiga, ella estaba convencida de que podía ser la afortunada que hiciera sentar la cabeza a aquel hombre, aún así no mostró gesto alguno de molestia y se fue a saludar a su amigo tirando de la mano de Castle y llevándolo con ella hasta la mesa de la cocina donde estaban los demás invitados.

Echas las presentaciones cada uno siguió a lo suyo.

Durante la noche nuestros protagonistas tuvieron varios encuentros de miradas que ninguno de los dos hacia intento de evitar. A Castle le daba igual tener al lado a Kimy, sinceramente, el mundo le importaba bien poco si aquella mujer le miraba pero, ¿Por qué ninguno daba el paso y se acercaba a hablar al otro? Pues porque a pesar de que el señorito Castle ande con una mujer cada vez que se le diera en gana era un caballero y trataba bien a la chica que andaba en ese momento con él. Y si Beckett no se acercaba a él era porque ella no es una chica fácil que ande con uno cada noche, antes tiene que estar segura de con quien quiere estar, con ella no vale "los líos de una noche" además, Kimberlly no se alejó de Castle en toda la noche y eso no facilito las cosas para nada.

Y como era de esperar, aunque la fiesta fuera pequeña se fue un poco de las manos... Eran ya las dos de la mañana y algunas personas se quedaron durmiendo por donde pillaron hasta que Javi, con bastante ayuda de Kate los echaron, otros habían bebido de más y aún querían seguir con la fiesta y se fueron a otro lado, como Kimy que a pesar de que no se separó de Richard en todo la noche no fue impedimento para beber y dejar que otros tíos le tiraran la caña y a él le dio igual, sus ojos estaban ocupados con otra cosa...

-Vamos Ricky, sigamos con la fiesta en otro lado-Kimberlly no paraba de hacerle pucheros y súplicas para que se fuera con ella en lugar de irse a casa pero Castle no quería

-Ya te dije mil veces que no Kimy, ve tu si quieres. Además parece que no me vas a echar mucho en falta-Dijo mirando a un chico que se paso la noche tonteando con ella- O por lo menos no esta noche.

-Esta bien, como quieras. Hablamos mañana.-Se despidió y se fue con los que aún querían seguir con la juerga.

Narra Castle

Después de que Kimberly se fuera con esos chicos a seguir con la fiesta me quede apoyado en el capo de mi coche. No sé muy bien porque decidí quedarme ahí después de que todos se fueran, Quizas porque no tenía ganas de irme a casa o porque pensaba que aún tenía una última esperanza esta noche de volver a ver a Kate. Realmente se veía increible con ese conjunto, tanto que no podía parar de mirarla. Una de las veces que me quede viéndola ella debió de notar mi mirada y sus ojos se posaron en los mios, me sentía algo avergonzado de que me hubiera pillado pero aún así no pude quitarle la mirada, entre nosotros saltaban chispas. Sino fuera porque la casa estaba llena de gente, me hubiera acercado a ella y no la hubiera dejado escapar.
Me quedé sumergido en mis pensamientos hasta que una dulce voz me sacó de ellos:

-Hola señor Castle.

La mire y alli estaba, tan espléndida como en la casa.

-¿por que aún sigue aquí?

Las palabras no salían de mi boca, era escritor y eso era lo que mejor se me daba pero con ella era distinto.

-oh... Es que no tengo ganas de irme a casa aún

-¿y no quiso irse con su.... ¿Amiga?

Una irónica sonrisa se formo en mi rostro y negué con la cabeza.-Esta noche no.

-Mañana es domingo y no tengo que ir a la academia bueno, la comisaria. Ya estoy con las practicas... ¿que le parecé si acabamos la noche juntos? Asi podemos hablar más tranquilos por una vez-me dijo con una hermosa sonrisa.

No pude contestarle en ese instante por que mis ojos se quedaron embobados viendo su sonrisa. Pensé en que podría pasarme toda la vida mirando esa sonrisa y nunca cansarme de ella...

-Ejem...- carraspeó Kate.- como te decía, no tengo prácticas mañana, si quieres nos tomamos algo... O no sé jaja- Su sonrisa ahora era nerviosa.

-¿Eh? Si.. si, claro. ¿Quieres que vayamos a mi casa?- dije tartamudeado y viendo su cara de pánico- sólo vamos a hablar.. co.. como amigos..

-esto, claro. Pero antes quiero pasar a por una cosa a mi casa, si me llevas, sería un gran favor.- me comentó sonrojada

-Claro jajaja, vamos monta.

El viaje se hizo enfermo, era un silencio cómodo pero a la vez se podía cortar la tensión. Quise hablar de algo, algún tema en concreto... pero mis pensamientos iban a otro sitio, sus labios ¡Dios!, me moriría si los probaba, su dulce aroma a cerezas se desprendía a kilómetros y sus pestañas se movían como las alas de las mariposas.

-Ya llegamos dijo regalándome una sonrisa.- Espérame, bajo en seguida.-Acto seguido se abalanzó y me dio un sonoro beso en la mejilla, sonrió y se bajo del coche.