Tiempos de desencuentro

Introdución

Día 7 de agosto, 23;45 pm.
Central park.
      Las hojas de los arboles caían como nieve en enero, las hojas de los almendros pintaban el suelo de color rosado mientras los pájaros cantaban a sintonía y las parejas quedaban embobadas con las vistas... Una joven muchacha de unos 25, alta, morena, cuerpo esbelto y lindos andares, correteaba por el parque sola. Al llegar al gran lago, en ese momento se paro y se agachó viendo su hermoso reflejo en el blanco hielo que lo tapaba. Se levanto y sintió que se impulsaba hacía delante sabiendo que iba a caer al frío, pero una mano que salió de la nada la sujetó y la salvo de aquel mal momento que pudo pasar... Pensó en esa mano salvadora que evitó que cayera, un ángel que le salvo de aquel espantoso momento y sin pensarlo mucho se giro para poder ver a aquella persona. La joven quedo totalmente icnotizada por su rostro, un joven varón de unos 27 años, de fuerte figura, alto, con cabello castaño, unos labios perfectos que te piden ser besados a gritos y unos ojos azules como el mar que fácilmente te pierdes en ellos...
      «Kate» pensó la chica, "me llamo Kate", pero no dijo nada, sus palabras las tenía metidas en aquel mundo de la garganta que le hacía dificil respirar. El chico le miro incrédulo, pensando que le podía haber pasado  para que no hablase. Se acercó lentamente a su oído y le Dijo "Rick", se separó y ella lo miro con mejillas sonrojadas y sus labios medio abiertos, él se volvió a acercar y  con un suave roce de sus labios en su oreja susurro, "mi nombre es Richard Castle". Se separó con dificultad, como si de un imán los atrajera, le sonrió e intento seguir su camino pero ella consiguió reaccionar y le gritó su nombre para que parase "¡Kate!" e igual que el hizo se acercó a su oído y le susurro " Me llamó Katherine Beckett" y ambos se quedaron ahi parados, uno en frente del otro sin saber que decir, solamente sonriéndose. Pasaron segundos que a ellos le parecieron minutos hasta que Rick sacó su mano derecha del bolsillo de su gabardina para estrecharla con la de ella Tras aquel apretón de manos, Rick tiro flojo de ella para acercarla a su cuerpo juntando sus caras tanto que las puntas de sus narices se rozaban, acercó sus labios y con un suave Susurro dijo "encantado, kate" y tras decir esas palabras con Beckett sonrojada, le sonrió y se  alejo de su vista haciendo que está se sintiera tonta por no haberle dicho algo más a aquellos ojos que hacían sentirla desnuda. «
» pensó. En ese instante el corazón le iba a mil, como si cupido al fin hubiera acertado con su flecha y le dio directa en el corazón. Se dispuso a ir para su casa aún con la imágen de aquel joven en la cabeza y preguntandose varias veces si lo volvería a ver.
      Al llegar a casa Rick se quito la chaqueta y se dejo caer en el sillón aun con la imagen de aquella joven en la cabeza. Se sentía tonto por no haber seguido hablando con ella y haber intentando conseguí su número para volver a verla. Es absurdo, la vio por cinco minutos y ya no puede pensar en otra cosa.
      Se levantó del sillón y se dirigió a la cocina para servirse una copa, pensó que quizás bebiendo se le ocurriría algo para poder verla de nuevo. El vino caía como una cascada por la copa, el color rojo sangre y el olor de la Botella... Richard Castle, escritor anónimo, ¿enamorado? No se lo creía ni él, pero al verla de esa manera, sudando y ... preciosa. Dejó volar su imaginación y pensó en como sería verla arreglada, pintada... O tan sólo recién despierta entre sus brazos, su cabeza en su pecho y sus labios rozándose. Y así, sin parar de pensar en ella y copa tras copa fue a su escritorio y cogió su portátil, se puso a escribir sobre aquel encuentro y como seria volver a verla, en como sería estar con ella..