34. La vida no se me va.

4 0 0
                                    

Y es que a mí la vida ya no me pierde el rumbo porque mis amarres no estén seguros, porque aprendí que es más gratificante sanarte las heridas que vivir con el remordimiento de no hacer las cosas, porque volví a confiar y me volvieron a romper el corazón, pero siempre tengo a la mano un poquito de pegamento y amor propio para armarlo.
Y que los amarres se suelten si quieren, que la vida no se me va.

-Ana.

Cartas y Escritos de mi Pequeño Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora