✧･ﾟ: *✧･ﾟ:* Ｙｏｏｎｋｏｏｋ *:･ﾟ✧*:･ﾟ✧
ᴇɴ ᴇᴅɪᴄɪᴏɴ ʏ ᴄᴏʀʀᴇᴄᴄɪᴏɴ
《 Fue algo que sucedió en segundos, un
descubrimiento accidental y poco común.
" -¿Quién mierda eres? ¡¿Que crees que haces
mocoso?! Maldito depravado.
...
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Jeon Jungkook es un chico muy educado, amable y responsable, un buen universitario en diseño gráfico.
Ese día había salido a pasear (como acostumbraba) para tomar un par de fotos, ese era su gran hobbie.
En ese momento se sentía un poco desanimado, ese día no lo habían dejado pasar a su primera clase por llegar tarde ¡No tenía la culpa de que Jimin no alcanzará todas las cajas de arriba de su closet! Él como un buen compañero y amigo le ayudo, pero eso no quedó ahí ya que esté empezó a preguntarle de que atuendo le iba mejor.
En fin, que llegó media hora tarde a su clase de inglés y para colmo era examen, aunque sabía de primera mano que reprobaria de todas maneras no perdía nada con intentarlo.
Y después en su clase de edición se le habían olvidado meter el archivo de las fotografías lo que provoco no tener la calificación en ese día. El podía seguir enumerando todas y cada una de las cosas malas que le sucedieron ese fatídico día porque de ser así quedaría deprimido.
Al caminar unos minutos por un gran parque se encontró con un perrito muy lindo y juguetón en una banca a un lado de un chico que parecía ser el aparente dueño. Jungkook empezó a acariciar el pequeño perrito y se inclino para tocar la nariz del cachorro con la suya, el amaba los animales.
Su respiración se aceleró por la sorpresa de sentir una mano acariciar su cabeza, se giró lentamente encontrándose con unos ojos llenos de confusión.
—¿Eh? — fue lo primero que salió de la boca de ambos jóvenes, Jungkook saltó hacia atrás y el otro chico pelinegro atrajo su mano como sí de ácido se tratase.
Sólo pasaron unos minutos de silencio cuando el pelinegro se levanto y habló.
—¿Quién mierda eres? ¡¿Qué crees que haces mocoso?! Maldito depravado.
—¡Pero si tu eres el que me acaricio! ¡Pervertido!
—¿Yo? ¡Si tú eres el que estaba ahí! — replicó el chico — ¿acaso no te han enseñado a no acercarte tanto?
—Ja ¿Y a ti no te han enseñado a ver donde pones la mano? — contesto Jungkook, en realidad no sabía el porque peleaba con ese chico de piel pálida sólo por una confusión — Tsk, ¿sabes? Esto no importa de todos modos sólo quería acariciar a tu perrito.
—Hubieras preguntado entonces, niño — aclaró el otro más calmado con un leve tono de burla ¿Acaso se está burlando de mi?, pensó el menor
—No me digas así — reclamo con un puchero, caminó y se sentó junto al perrito que de inmediato subió a su regazo — me llamo Jungkook y ¿Por qué niño y mocoso? No debemos tener tanta diferencia de edad…
—Bien, Jungkook — hablo enfatizando el nombre del menor. Se volvió a sentar mirando con recelo la interacción de su adorada Holly y el niño raro — tengo 24 y creo que tu debes tener unos 20 o 21 así que si, soy más grande, ten más respeto.
—¡Uy! Disculpa Hyung — remargo la última palabra con algo de burla — ¿Cómo se llama hyung?
Esperó unos pocos minutos mirando al chico, se veía mayor no por su apariencia, sino por actitud, porque cualquiera pensaría que tendría 22 o menos. Una piel muy bien ciudada además de blanca, ojos cobrizos, delgado, con rasgos angulosos y cabello negro con leves toques de azul. Era sin lugar a dudas muy apuesto y Jungkook jamás lo negaría.
—Yoongi — dijo finalmente, recargo su codo en el respaldo de la banca mirando a Jungkook — por lo regular Holly no es tan cariñosa con desconocidos.
—¿Holly? — preguntó y Yoongi asintió — que lindo nombre y no es por presumir pero los animales me aman.
Una leve risa inundó los oídos del menor y al mirar a Yoongi este se reía levemente y Jungkook por inercia sonrió.
—¿Qué pasa hyung?
—Nada — negó este, bajo la mirada a la cámara que tenía colgando del cuello y arqueo una ceja —¿Te gusta la fotografía?
—¿Eh? ¡Ah si! — asintió efusivamente — no digo que soy bueno… estoy aprendiendo de hecho y me encanta.
—¿Puedo? — preguntó Yoongi estirando su mano derecha a él. Jungkook no estaba seguro sí lo hacía por amabilidad o porque quería saber que opinaba aquel apuesto desconocido de su trabajo, así que quitando sus manos del suave pelaje de la cachorra se quitó la cámara y se la entregó con cuidado, en cuanto a Holly está sólo se quedo recostada en el regazo del menor.
Yoongi tomo la cámara y empezó a ver las fotos de la memoria, la cámara era semi profesional si al principio tuvo una mala impresión del chico (no por el hecho de haberse equivocado de cabeza, sólo por el hecho de que su perrita sea tan cariñosa con el) ahora esa mala impresión había desaparecido, en primera se sintió agradecido de que el chico no usará el automático de la cámara y segundo porque las fotografías eran buenas, claro no tan buenas como las de el, pero aceptables.
—Son buenas — mascullo el pelinegro aún mirando las fotografías —al menos tienes una noción de la prioridad de apertura, el iso y la exposición — lo miró y Jungkook sonrió satisfecho — pero todavía te falta aprender. No te apresures.
—Gracias — susurró este sonriendo de medio lado — ¿En que trabaja, hyung?
—Soy fotógrafo — se burló el mayor entregando la cámara a su dueño y volviendo a la posición inicial.
—¡Woah, eso es genial! — se emocionó Jungkook —¿Dónde trabaja?
—En Highcut — respondió este restandole un poco importancia, realmente no pretendía que sonara así que pero ya qué.
—¡Eso es aún más increíble! — Jungkook saltó asustando a Holly que de inmediato fue al regazo de Yoongi, ante eso el menor se acercó mucho más al otro — ¿Podría enseñarme fotografía hyung?
—¿Qué? — preguntó confundido — ¿Por qué lo haría?¿Qué razones me das para que te enseñe?
Jungkook lo pensó por un momento, queria aprender sí, pero para eso podría ir a un curso o tomar una clase extra en la Universidad, no necesitaba del chico pero quería seguir conversando con el o en todo caso frencuentandolo, le daba cierta sensación de comodidad y tranquilidad estar con aquel chico pálido.
—Porque… quiero conocerlo — dijo sin pensar y al ver la confusión del mayor agregó rápidamente — quiero conocer más la fotografía y no sólo teórica y sistemáticamente, eh, ya sabe, quiero conocerla de manera más apasionada.
Cuando termino de hablar miró al mayor quien lo miraba con total atención. En serio, ni el mismo universo se hubiera esperado esa respuesta.
—Bien, lo haré.
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