Imperfecto.

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KonTim.

Imperfecto.

Era la palabra que describía su nacimiento. Fue un cruel experimento de un loco que quizo desafiar a la vida y en el primer instante que pudo el huyó para nunca volver a aquel lugar, y con ello poder vivir feliz pero lo que nunca esperó fue que esa gente tan diferente a lo viera como un monstruo sacado de películas, que lo repudiara y mirara con asco hasta algunas veces quisieron matarlo, lo mejor que pudo fue huir, huir y esconderse.

Imperfecto.

Era lo que significaba las marcas de su cuerpo. Él sabía que algunas de sus partes de su cuerpo no eran totalmente suyas, no es que fuera un genio hasta un tonto con dos dedos de frente lo notaría ante la diferencia del color de pieles que tenía con los implantes, tenía un ojo azul y otro rojo, hasta a el mismo le daba asco verse a en algún espejo de la vieja casa abandonada y que con suerte aún se mantenía en pie. Se había comparado desde años su cuerpo con el de un humano normal sintiendo envidia como vergüenza de si mismo, porque por su apariencia asustaba a aquellas personas con quienes quería convivir y no estar solo.

Imperfecto.

Era la palabra que lo describía desde el momento que aquel lindo niño de ojos azules que llegó a su hogar por puerta casualidad, porque el menor termino allí a causa de una mala pasada de sus congéneres llenos de hormonas adolescentes que lo aventaron a la propiedad encerrándolo dentro. Cuando vio por primera vez a ese pequeño asustado y llorando en un rincón del terror de no poder salir del lugar, quizo ayudarlo y mostrarle una salida o hacer una, pero tuvo temor que este lo rechazara e intentará lastimarlo; lo que nunca esperó fue que aquel lindo chico termino encontrándolo por más que se escondió en aquella casa abandonada y de manera más sorprendente e hilarante este no sintió miedo de el, a pesar de ser una monstruosidad andante.

Imperfecto.

Se sentía entre esos delgados pero suaves brazos, de piel blanca porcelana, caliente y tersa al tacto. No se creía digno de estar entre estos ni mucho menos que el menor le dedicara aquellos gestos de cariño, él era un monstruo, una abominación que su creador dio vida solo por querer jugar a ser Dios y por el cual había huido. No quería que esos ojos azules lo miren con amor y cariño, tenía miedo a perder aquel chico que con el pasar del tiempo se había ganado su cariño ante la perseverancia de este a visitarlo diariamente desde aquel 31 de octubre que se conocieron, sabía que en cualquier momento la desgracia llegaría a él y lo alejaría del pequeño chico, y ahora solo le quedaba evitar que esos sentimientos no lo atraparan por completo.

Era imperfecto, y él lo sabía, lo sentía y lo aceptaba...

-Kon-escucho su apodo de los hermosos labios de su pequeño angelito de ojos azules. El nombrado miro al pequeño que estaba acurrucado entre sus brazos, mostrando en sus aquellos iris azules su preocupación-, ¿Otra vez pensando sobre eso, Kon?-preguntó con voz calma pero se notaba la preocupación en su tono.

Conner quizo negarle las ideas de este pero fue interrumpido sus pensamientos como habla cuando el pequeño chico le dio un beso corto pero lleno de cariño en los labios, los ojos con síntomas de heterocromía miraron atontando a los azules acero del chico de tez porcelana que sonrió mientras una de sus manos se posó en una de las mejillas de Conner para acariciarla con total ternura, antes de decir:

-Sabes que te amo, a pesar de todo-mientras decía eso los dedos delgados que se posaban en la mejilla cepillaban con calma, tomándose el tiempo de delinear sus dedos sobre aquella piel. La mano de Conner se encerró sobre esta, tomándola con total cuidado sin ejercer mucha precios por miedo a no lastimarlo para luego atraerla hasta sus labios y besar el dorso de la mano ajena.

-¿Tanto que saltaste a tu fiesta con Bart?-preguntó con una sonrisa divertida Conner, al recordar como el pequeño castaño había estado alegre de la fiesta que uno de sus amigos y amor platónico iba a celebrar en su casa, pero su novio pelinegro había declinado la oferta por pasar la noche con él- Tim, sabes que aún tienes tiempo para ir allá, no quiero que te pierdas tu tiempo conmigo-trato de razonar con el otro, mientras lo llamaba por su nombre.

-Bart es mi único amigo y este estaría más ocupado con Jaime, así que solo estaría aburriéndome de ser ignorado del resto de las personas-comentó con tranquilidad Tim. Los dedos de este se enredaron con los de Conner, mientras el mayor lo apretaba contra el como se cubrían más entre las sábanas de algodón blancas de la cama-. Además, podemos disfrutar la noche haciendo otras cosas-insinuó con voz maliciosa Tim.

El menor en un solo movimiento dejo a Conner contra la cama mientras se ponía sentado encima de su regazo, sus labios besaban y marcaban el pecho y cuello de su pareja enfocando su atención en unas pocas cicatrices que tenía el cuerpo de su novio, los brazos fuertes del mayor apretaban su trasero como lo manoseaba con suavidad sacando lindos gemidos y jadeos del pequeño pelinegro. Conner sabía que la noche era joven y que mejor que aprovechar Hallloween para pasarla juntos y dejar sus preocupaciones de lado solo or esa noche, porque era de esos pocos días donde podían disfrutar estar juntos en más de una forma posible y quizás aceptar que para esos ojos azulinos él era la persona más perfecta para estar a su lado.

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Dedicado a: soficcoto15 y speedester_fantasma

Happy HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora