Prólogo

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Su cuerpo desnudo era humedecido por las gotas de agua fría que salían del grifo. Se daba esa ducha con la esperanza de aliviar un poco las quemaduras leves en todo su físico y en sí, para recapacitar todo lo ocurrido.

Por fin había alcanzado su verdadero potencial y lo hizo, protegiendo al ninja verde. Aun la idea de que el pequeño mocoso fuera el elegido no se le metía en la cabeza, al igual que el pensamiento de que el salvará al predilecto para tal título.

Se sentía bien por ello, orgulloso de él mismo. Pero, sentía algo más. Un sentimiento que nunca llegó a experimentar. Algo parecido a la expresión que utilizó Zane cuando ciertos bichos se colaron en su organismo. Tengo mariposas en el estómago.

Cerró el agua helada y salió de la ducha. Agarró una toalla para ponérsela alrededor de su cintura y otra para comenzar a secar su pelo. Salió del baño y se fue a su habitación. Abrió la puerta de su cuarto y al entrar la cerró.

Se dirigió al armario, sacó su traje ninja, el cual ya había sido lavado y cuidado antes, debido a las quemaduras del volcán. Se quitó la toalla, para ponerse su ropa interior, para después el pantalón, acompañado por los calcetines y las botas.

Iba a continuar, pero unos golpes en su puerta le hicieron detenerse. Se acercó hasta está y la abrió, para encontrarse con cierto rubio, el cual estaba de brazos cruzados y sus mejillas se tornaron de leve color rosa. En cierto modo, al mayor le resultó adorable.

- ¿Necesitas algo...? – Le preguntó –

- Solo quería darte las gracias por salvarme, idiota... - Le contestó mientras miraba a otro lado haciendo un puchero, aun con los brazos cruzados. Al escuchar el insulto, Kai rió por lo bajo – Y también que... - Comenzó a decir, para dirigir su mirada a él de nuevo, pero algunas veces sus ojos se iba hacia otro lado - ¿Qué si estás bien...? – Al terminar la pregunta, le miró directamente a los ojos, acompañado de un sonrojo menor –

- Si, lo estoy – Al decir esto, le dedico una sonrisa y acto seguido le revolvió el pelo – No te preocupes enano – Le dijo el mote en un tonó burlón. Lloyd quitó la mano del mayor de su cabeza y comenzó a penarse –

- ¡Hey! ¡No hagas eso, ya sabes que no me gusta! – Le contestó lleno de rabia el rubio, a lo que Kai volvió a reír –

- Y bueno, ¿quién te obligó a preguntarme? – Le preguntó el moreno. Conocía el crio, no habría venido por su propia voluntad a preguntarle y más a él –

- No me obligo nadie, vine yo... - Le contestó mientras le miraba. Kai abrió los ojos como platos, esa respuesta le sorprendió y por unos momentos creía que Lloyd mentía. Pero comprobó que no. Hubo un silencio algo incomodo entre los dos, hasta que el rubio lo rompió – Bueno, yo me voy ya – Al decir, comenzó a andar por los pasillo de la Bounty hasta su habitación -.

El maestro de fuego se metió en la suya y cerró de nuevo la puerta. Se propuso acabar la tarea que comenzó antes y que fue interrumpido por el rubio. Se quedo pensando. Lloyd le agradeció y se preocupó por él.

En ese momento comprendió, que cometió un desastre. Y ese desastre fue enamorarse de Lloyd.

...

Un hermoso desastre.

[Notas de autora]

Desde luego no puedo escuchar canciones de Eurovisión... 

Beautiful Mess || Lego Ninjago  ||  [GreenFlame]Where stories live. Discover now