Capítulo 4

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      Narra Lali


Sí, ya lo sé. Actué como una completa cobarde.

Esos ojos verde oscuro, solamente me daban paz. Tenía una mirada tan cálida que sentí que me iba a derretir. Fue la primera vez que, al ver a un extraño, me sentí bien. No estaba asustada, no me daba miedo. Me daba simplemente eso... paz.

No comprendo por qué lo hice, pero solamente corrí cuando él estaba más cerca de mí. Sentí que si no escapaba, algo dentro de mí se derrumbaría.

Su aroma... ¡ay!, aún recuerdo lo bien que olía ese hermoso chico. Su cabello era de un marrón oscuro, que lucía tan suave como la seda. Su contextura física haría que cualquier hombre se sintiera mortificado. Tengo muy presente en mi mente lo lindos que se veían sus fuertes brazos. Su blanca camiseta no dejaba muy a la imaginación lo que ocultaba debajo. Todo en él era bello. No entiendo por qué escapé de algo como aquello.

Es viernes por la tarde y estoy acostada en mi cama, cuando suena mi celular.

- ¡Hola Euge! – la saludo

-Hola amiguilla- responde feliz

- ¡Me imagino que hoy vamos a salir! – me dice

- ¡Obvio!, vení tipo ocho así nos preparamos-

- Dale, nos vemos en un ratito-

Nos despedimos y cortamos el teléfono.

 Fui abajo a comer algo, ya que desde que vine de la plaza no había comido nada. En la heladera encontré solamente fiambre, así que me preparé un sándwich de jamón y queso. Me acosté en el sillón a mirar la tele y me quedé haciendo zapping por más de media hora. Nada interesante se puede ver en la tele a la hora de las cinco de la tarde. 

¡RIIIINNNGGG!

Me despierto por el fuerte sonido del timbre de mi casa. Parece que los sillones son muy cómodos como para no dormirse. Me levanté y con toda la paja del mundo fui a abrir la puerta.

-¡¡¿SOS BOLUDA?!! Hace media hora te estoy tocando timbre- me gritó exaltada mi mejor amiga.

- Dejá de gritar nena, no te abrí porque estaba dormida.

- No me sorprende nada...- me dijo enojada, pero con diversión en su voz.

- ¿Vamos a ponernos diosas? -

- ¡Vamosss! - me dijo olvidando su malhumor.

Nos cambiamos y maquillamos, y para la hora de nueve y media de la noche, estábamos listas.

-¡¡¡Te envidio Espósito!!! ¡¡¡No podés estar tan linda!!!- me dijo mirándome por encima de su hombro

Me puse un vestido apretado de color negro que me llegaba hasta el muslo, con corte corazón. Una gargantilla y unos aros de color oro completaban mi atuendo, además de los tacos plateados brillantes. Mi pelo lo dejé suelto, con hondas naturales.

Ella también estaba preciosa, no sé de qué se quejaba. Llevaba puesto un vestido verde marino, que le resaltaba los ojos verde claro. Este se ajustaba perfectamente con todas sus curvas. También llevaba unos zapatos negros, un collar plateado y aros del mismo color. Su cabello estaba atado en una cola alta, planchado y con mechones sueltos. 

-No sé de qué te quejás, vos estás divina-

- ¿Estás lista para romper la noche? – me preguntó sonriente.

- Siempre lista- le dije, aunque por dentro sabía con seguridad que era mentira. 

Ya nunca volvería a estar segura. El miedo me brotaba por todas partes. De solo saber que este hombre que escapó puede estar junto a mi en el boliche, me aterra completamente. Pero no puedo dejar de ser una adolescente. Tengo que salir a divertirme con mi amiga al igual que las demás . 

El timbre sonó sacándome de mis pensamientos. Con Euge bajamos y al abrir la puerta nos encontramos con Agus y Gas, los dos vestidos con camisa y jean. 

- Hola lindas- 

- Hola lindos- nos saludamos

- Listas para la party?- dijo cachetes

- ¡LISTAS!- gritamos al unísono

Nos subimos todos al auto de Agus y nos condujo hacia uno de los mejores boliches de Buenos Aires: ROOM

Devuélveme la ilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora