Capitulo 5

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Peter

Ya es viernes por la tarde. Siento que la paz que estoy teniendo en estos momentos no va a durar por mucho. Mis amigos van a comenzar a llamarme, para insistirme en que tengo que salir a divertirme y olvidarme de todo. Sé que lo hacen para ayudarme, el problema es que ellos no me entienden. No entienden este vacío que siento. No logran comprender que vivir o morir... me da igual. Yo no necesito fiesta, ni chicas, ni alcohol. Yo solo necesito mi corazón completo. Necesito que me devuelvan lo que me arrancaron. Que me devuelvan lo que necesito para seguir viviendo. No puedo superar esta perdida. En verdad lo extraño demasiado. Es como si desde ese momento mi cuerpo se hubiera llenado de cadenas. Cadenas mortales. Tan pesadas que no me dejan flotar con la vida, flotar con el sentimiento de felicidad. Nada en la vida me hace sonreír, mucho menos carcajear. Extraño el sondo de mi risa. Hay momentos en los que ni siquiera la recuerdo.

Un timbre me saca de mis pensamientos, y se que llegó el momento que tanto quería evitar. Mis amigos llegaron.

- ¡¡¡¡PETER!!!! ¡¡¡¡BAJA QUE LLEGARON LOS CHICOS!!!!-

- ¡YA VOY MA!

Decido que no voy a luchar por quedarme a pasar un viernes de pochoclos y silencio, porque sé que voy a morir en el intento. Ellos no me van a dejar tranquilo hasta que vaya y me divierta. Al menos voy a intentar fingir diversión. Quizás lo haga tan bien que termine pensando que lo pasé bien.

Bajo y los chicos están allí. En el taburete del desayunador está Vico, comiendo algo que mi madre les dio. También está Nico. Supuestamente hoy falto a la escuela por descompostura, pero veo que beber cerveza no le daña el estómago como puede hacerlo un cálculo de matemáticas.

- ¿Por qué no vino Agus? – en verdad era rara su ausencia, ya que nunca se perdía la noche de un viernes

- Él dijo que antes de ir debía recoger algunas otras personas, así que nos pidió que vallamos por nuestra cuenta y nos encontremos allí.

GENIAL. Además de tener que fingir diversión con mis amigos, tendré que socializar con gente nueva. Sin dudas va a ser una muy buena noche.

- ¡¡¡Vámonos chicos!!! Hay un buen boliche esperándonos- dice Vico con entusiasmo.

Cuando estamos por salir a la calle, Vico y Nico me miran a la vez y en sus rostros no veo nada más que diversión.

- ¿Qué sucede ahora? - pregunto irritado

-Nada, es que sin dudas vas a ganar muchas admiradoras esta noche. Sobre todo, por esas lindas pantuflas de conejo. - dice Nico entre grandes carcajadas. Vico simplemente me mira mientras se retuerce de la risa.

Miro mi atuendo y me doy cuenta de que aún sigo en pijamas. Nunca me tome el trabajo de cambiarme o siquiera observar lo que traía puesto. Siempre fui colgado, pero esto en verdad iba más allá. En verdad sentí ganas de acompañarlos, pero apenas abrí mi boca para liberar mi risa, simplemente no salió nada. Creo que olvidé como reír.

Una vez que terminaron de carcajear, vico dice

- Vamos chico. Hay que conseguir algo más apropiado que ponerte para una salida de viernes por la noche. Se que es cómodo el pijama, pero podrás ponértelo cuando regreses -

Finalmente me cambié y salude a mamá, para luego salir por la puerta a lo que probablemente sería una gran incomoda y aburrida noche.

Cuando llegamos al estacionamiento, este estaba cubierto de coches. Nos estacionamos en un pequeño espacio y bajamos. La música reggaetón se oía desde afuera.

Nos enfilamos a la entrada, y un guardia de seguridad nos pidió los documentos. Luego de que comprobó que éramos mayores de edad, nos adentramos a el lugar. 

Estaba lleno de gente y las luces encandilaban con sus brillantes colores. Las personas bailaban como si fuera la última vez que lo harían, y las parejas bailaban tan pegadas que parecían uno solo. Cuando estuvimos un poco más adentro el olor a alcohol y sudor golpeó mi nariz. Pasamos frente a unas cuantas chicas demasiado desabrigadas para mi gusto y los chicos babearon por ellas mientras las saludaban. Yo simplemente me quede parado esperando que terminen con el chamullo. Finalmente llegamos a la mesa en la que acordamos esperar a Agus y nos ubicamos. Ellos se sentaron enfrente mío y yo me senté solo en el asiento. Estos eran como sillones e cuero para res personas. También había una banqueta en la punta. Cuando una mesera vestida con un pequeño short y una blusa demasiado chica para su talle paso por nuestro lado, los chicos le pidieron tres cervezas. Claro que la mía ni siquiera la iba a probar.

Estuvimos esperando por media hora y Agus aun no llegaba.

- Voy al baño chicos-les digo apresurándome a los baños. 

Obviamente ya había estado en este lugar, aquíveníamos cada fin de semana que yo no lograba zafar. El ROOM era uno de los mejores boliches de la zona.

 Caminando hacia los bañosvi que justo llegaba Agus, con un chico más y tres chicas. Una era rubia y lasotras no pude verlas porque estaban tapadas por el otro chico. Espero que seanagradables, aunque no creo que sea posible porque las chicas con las quenormalmente él frecuenta se la pasan divagando sobre lo bellas que son. 

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2017 ⏰

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