III

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- no jodas...
- no que!?
- nada, esta era tu gran sorpresa!?
- vamos ustedes dos son casi como hermanos

Opté por no responder a eso, ya no tenía nada que hacer con esa mentada de la vida. El caos se desato de cierta forma, mi alcohólica madre con la adicta al crack, los padres optimistas sin remedio, los pajeros de los hermanos menores en sus respectivos baños haciendo lo que mejor saben hacer...

Me aleje aunque nadie lo notara, al menos eso creí, cara de moco me siguió hasta que se cansó de solo caminar a mi lado.

-cara de moco, ya me cansé de seguirte
-Pues entonces regresa, que yo no soportó a esa bola de locos
-y tu crees que yo si???? Si es por eso que te sigo

Dicho eso se me abalanzó, haciendome caer de espaldas quitandome la sudadera, al mismo tiempo de que yo le arrancaba la camiseta dejando sus senos al aire, aunque parezca raro extrañaba jugar así con Erika y si, es un juego de antaño cuando éramos "inocentes" que consiste en forcejear hasta que el otro quede con menos ropa o desnudo, quién pierda recibe un castigo del ganador, el castigo puede consistir en lo que el ganador quiera, absolutamente todo lo que quiera...

Ella con el torso cubierto por su sostén y yo con la camiseta aun sujeta a mi torso se lanzo como tigre a su presa, rodamos por una barranca no tan pronunciada hasta que una piedra enorme nos detuvo, para mi gran y afortunada suerte yo detuve la caída con mi espalda y ella encima mío, fue un poco extraño pero placentero hasta que ella me beso y en el instante me rasgo la camiseta al mismo tiempo en que su sostén volaba para encontrarse con los pedazos de mi camiseta.

Fue un beso pasional, sin sentimientos ni emociones solo sensaciones carnales desbordando por cada poro de nuestra piel haciendo fricción, ella era hermosa, unos senos firmes y muy bien pronunciados, una silueta definida y una cara que atraía a cualquiera a mirarla, pero lo bueno no dura para siempre así que ella sin más me arrancó el pantalón sin problema alguno, quede indefenso ante aquella trampa sensual.

-Perdiste cabeza de moco
-diez malditos años jugando esto y hasta ahora te dignas a ganar...
-lo bueno toma su tiempo Sthepan ~dijo sonriendo, Carajo su sonrisa es tan linda~
-bien, y ahora que vas a querer que haga? Bailar desnudo en la plaza comercial?, o pedirle sexo a cuanta chica se me crucé? O ya sé me vas a pedir que te de mi virginidad?~ burlándome de ella por las estupideces que estaba a punto de hacer...
-nop, nada de eso mi querido sthep, lo que vas a hacer y que esta vez no podrás negarte, es hacerlo de nuevo...
-que!?, estas loca Erika!?!?
-no solo quiero sacar mis propias conclusiones
-bien y a quién mas vamos a arrastrar a esto?
-tu solo encargare de los animales que yo me ocupo de lo importante.

En el mismo verano en que nos mudamos a esta ciudad, sucedió aquel "incidente"; un grupo de alumnos o ex-alumnos decidieron pasar un fin de semana en el bosque para festejar su ingreso a la universidad, el sexo, las drogas y el alcohol fueron los principales anfitriones de aquel fin de semana, en el anochecer de la última noche, una chica fue atraída por un extravagante olor y lo que encontró fueron los cadáveres de diversos animales en posición de procreación, cada pareja de animales en cada punta de un pentagrama hecho con sangre y vísceras, ante aquella escena se sintió obligada a posicionarse en el centro de aquel batidero de muerte y sadismo.
De pronto aquella joven sintió los brazos fornidos y seguros de su pareja o al menos eso creía ella; sin pensarlo se dio la vuelta y empezó a besar a ese hombre sin más, al darse cuenta de que, no era él su pareja solo preguntó su nombre y siguió besándolo y desnudándose mutuamente hasta que empezaron a tener sexo descontroladamente, arañando su espalda por aquella excitación precoz, mordiendo su cuello y gimiendo como nunca antes se encontraba ella en medio de ese batideros de vísceras y sangre.

El Paseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora